Todo Liso, la nueva muestra de Lisa Kerner no es una colección de selfies a mano alzada, aunque lo parezca por la insistencia. Tampoco una serie de autorretratos, más allá de que efectivamente hay un notable parecido entre el modelo, el resultado y la persona que conocemos como una de las anfitrionas de Casa Brandon, por nombrar sólo alguno de sus más famosos roles. Lisa construye un universo Liso, corrida a un costado de la representación. No son autoretratos sino “alteretratos”: viñetas de riesgo donde su personaje central al que ella misma con los años ha terminado replicando, protagoniza las más apasionantes pruebas de escapismo. Y no confundir escapismo con escaparse porque en esta disciplina la artista debe exponer su cuerpo constantemente pero nunca se va muy lejos. Reproduce ante la adrenalina del público, el placer de desatarse. Todo Liso es una gran función circense donde se llevan a cabo cuadros de escapismo del género, de la lógica familiar y de sus árboles de ADN con los que se avalan los lazos. Con aplicación y candor infantil Lisa coloca el papel de calcar corrido sobre la realidad mientras propone la fuga del siglo: salirse de una existencia limitada a un solo cuerpo y a un solo tiempo. Romper y reconstruir. Su alteretrato le permite correrse del yo que mira y que es objeto, mutilar su cuerpo para mitigar el dolor de su mejor amiga y beberse con una pajita caribeña los propios sesos, y así sacarse de encima los malos tragos. Cada vez que incluye su cuerpo de alambre en una escena robada a la televisión desafía a la crueldad realista que se ha vivido como inevitable: mirarlo todas las tardes pero no poder ser jamás Astroboy, ni comandar las riendas de la familia Ingalls, ni andar por la selva a pecho descubierto ya no como Tarzán sino “en Tarzán”. En una de sus últimas viñetas, una Lisa/Liso visiblemente avejentado y despojado de su cresta amarilla observa con ternura de sabio Houdini la casita de cristal de la que ha conseguido zafarse. Algunos le atribuyen al más famoso escapista del mundo, un epitafio que dice: “Corazón, no te aflijas. Descansaré en paz junto a mis queridos padres y te esperaré.” Lisa podría escribir aquí un mensaje parecido. Sólo que el “corazón” al que se dirige ella es literalmente el que late dentro de su cuerpo y los queridos padres con los cuales descansa, están aquí y ahora dispersos por el mundo. Ella los elije entre los voluntarios que va encontrando entre el querido público.l

Todo Liso inaugura el viernes 19 a las 19 en el Centro Cultural Rojas (Avenida Corrientes 2038) en el marco del ciclo Proyecto Familia.