Sólo hay una China en el mundo y Taiwán es parte inseparable de China. Esa fue la postura que llevó el líder asiático, Xi Jinping, a la reunión virtual que mantuvo con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, donde el conflicto sobre el estrecho de Formosa fue el tema principal del encuentro. “Cualquier reconocimiento formal de la independencia de Taiwán dará lugar a medidas contundentes”, subrayó el mandatario chino.

El conflicto, nacido al calor del triunfo de la revolución y la fundación de la República Popular de China, en 1949, atraviesa su peor momento desde que se consagraron las relaciones diplomáticas. Incluso, Estados Unidos rompió su posición neutral e hizo público su apoyo al gobierno taiwanés frente a lo que consideran una amenaza real de Pekín sobre la autonomía de la isla.

En las últimas horas, la agencia estatal Xinhua publicó unas declaraciones del presidente Xi en las que denuncia que Estados Unidos intenta usar a Taiwán para controlar a China. “Esa tendencia es muy peligrosa y es como jugar con fuego, y quienes juegan con fuego se queman”, añadió.

Se conoció también que más de un centenar de aviones chinos sobrevolaron la zona de identificación de defensa aérea en respuesta a la presencia militar norteamericana en el estrecho de Formosa. La situación se agravó cuando un submarino estadounidense Connecticut colisionó, el pasado octubre, contra una montaña submarina que hasta ese momento se desconocía. El incidente provocó una catarata de acusaciones cruzadas. China exigió saber qué hacía el submarino en esa zona y Estados Unidos contestó que no correspondían las explicaciones porque la nave estaba haciendo ejercicios de rutina en aguas internaciones. En ningún momento, Washington hizo mención a las causas del accidente y los motivos por los que había enviado un submarino de semejantes proporciones al estrecho a ese lugar.

Lo cierto es que desde hace varios años el Mar meridional de China es una zona de conflictos entre las dos potencias del mundo. A los fines de contener el crecimiento de la influencia china en el Este Asiático, Estados Unidos convirtió la región marítima en el epicentro de su avanzada militar, dotando de armamento y logística a la isla.

La historia entre China y Taiwán, que se inició con la decisión separatista de una parte de los militares y funcionarios administrativos del Kuomintang que escaparon a la isla tras la derrota, suma, por estas horas, un capítulo con final impredecible que atenta con la estabilidad y la paz en la región. Será cuestión de esperar que la política y la diplomacia le ganen a las armas. 

* Licenciado en Filosofía. Magister en DDHH. Autor del libro Vietnam, genealogía de la Resistencia