Miles de personas salieron a las calles de las principales ciudades de Brasil para reclamar la renuncia del presidente Michel Temer y que se adelanten las elecciones presidenciales después de que una denuncia lo implicara en una reunión en la que presuntamente avaló el pago de sobornos. Las protestas de mayor magnitud tuvieron lugar en Brasilia, Río de Janeiro, Recife, Belo Horizonte y San Pablo, según informó la prensa local. Las movilizaciones fueron convocadas por frentes de izquierda pero también por grupos de derecha que el año pasado respaldaron la asunción de Temer tras la destitución de Dilma Rousseff. Ambos sectores llamaron a más protestas en todo Brasil para el domingo.

En el marco de las movilizaciones de ayer, los manifestantes se enfrentaron con la policía para exigir la salida del presidente brasileño. Hubo disturbios en el centro de Río de Janeiro, donde la Policía usó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, que les respondieron con piedras. Al menos una persona resultó herida, según imágenes del canal Globo News. Las marchas también recorrieron la Avenida Paulista de San Pablo, centro neurálgico de las protestas sociales en el corazón económico del país. En Brasilia otros miles se reunieron en la Plaza de los Tres Poderes, en la zona gubernamental, y frente al Palacio de Planalto.

Entre los grupos que marcharon contra Rousseff y que piden la renuncia de Temer se destaca “Vem pra rua” (Sal a la calle), que convocó manifestaciones para el domingo para pedir cárcel a todos los acusados en el escándalo de corrupción de la petrolera estatal Petrobras.

“Tras las noticias de que Temer dio su aval para que se comprara el silencio del diputado destituido Eduardo Cunha, clamamos por la renuncia del presidente”, aseguró el grupo que consiguió movilizar el año pasado a millones de brasileños en multitudinarias manifestaciones contra Rousseff. Igualmente convocaron marchas de protesta los movimientos Frente Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo, que reúnen a sindicatos, movimientos sociales y partidos de izquierda que defendieron a Rousseff y consideran a Temer un golpista. “Las marchas serán para pedir la renuncia de Temer y la convocatoria inmediata de elecciones directas”, señaló un comunicado de la Central Única de los Trabajadores, la mayor entidad sindical de Brasil e integrante de ambos movimientos. Estas organizaciones promueven una enmienda que permita convocar elecciones directas cuando la presidencia quede vacante y que, según la Constitución, en caso de que Temer renuncie o sea destituido, su sucesor saldrá de una elección indirecta.