Uno de los temas esenciales en la vida de cualquier ser humano es el amor que, según cómo cada sujeto lo experimente, puede ser el motor de empuje para lograr plenitud personal, o bien transformarse en el mascarón de proa de un penoso naufragio sentimental. Motivo de charlas interminables entre amigos para entender la opinión de quienes se conocen de años, el amor siempre da lugar a un debate fecundo para desentrañar el actuar de la pareja de alguno/a de ellos/as. Una rigurosa investigación sobre “el” tema del ser humano –tal vez el más importante antes que la muerte–, realizó Josefina Pimenta Lobato, doctora en Antropología Social (Universidad de Brasilia) y Máster en Filosofía (por la Universidad de Minas Gerais). Esta investigadora brasileña indagó en la historia del amor y la plasmó en Una antropología del amor. De Oriente a Occidente (Prometeo Libros), donde recupera el debate sobre el amor romántico, indaga en el “amor disciplinado” en el contexto indio, y llega hasta el amor cortés y la lírica árabe, entre muchos otros tópicos. Esta pensadora desarrolla en su libro conceptos como “salvajismo”, “domesticación” y “disciplinamiento” para entender cómo dan sentido al amor las distintas tradiciones.

“Este libro surgió de la percepción de que gran parte de la literatura sobre el amor, publicada en el contexto de la cultura occidental, se basa en la presuposición de que las emociones y los sentimientos amorosos, apasionados, más raros y refinados, se vinculan, necesariamente, con las vivencias y manifestaciones del amor expresadas e idealizadas en Occidente”, comenta la autora en diálogo con Página/12. “Eso me indujo a realizar un abordaje antropológico del amor, a fin de poner en evidencia la enorme variedad de maneras en que se concibe la pasión amorosa en diferentes culturas”, agrega Pimenta Lobato, cuyo libro forma parte de una colección dirigida por la prestigiosa antropóloga y escritora argentina Rita Segato.

-¿Por qué siempre se pensó que el amor romántico es propio de Occidente?

-Porque en un determinado momento, el del inicio de la Edad Moderna, y en un determinado lugar, Europa, por primera vez en la historia de la humanidad, la pasión amorosa -que por su propia naturaleza es un sentimiento paradójico y potencialmente devastador-, fue romantizada y considerada como condición indispensable para obtener un casamiento feliz y para tener una vida más plena y más digna de ser vivida. En los países de Oriente, la adhesión al amor romántico y al casamiento por amor, con algunas salvedades y diferenciaciones, se dio lentamente, y mucho más tarde, sobre todo a partir de mediados del siglo XX.

-¿Qué diferencia a los amores disciplinados de los amores domesticados?

-Amores disciplinados son aquellos en los cuales el salvajismo del amor pasional es considerado inaceptable, debiendo ser necesariamente contenido para que la vida social se torne posible y se cumplan las responsabilidades concernientes a esta. A su vez, los amores domesticados, que fueron adoptados e instaurados debido a la idealización del amor romántico, son aquellos en los que el salvajismo del amor pasional es glorificado y visto como esencial para la felicidad, la autorrealización y el engrandecimiento personal, aunque para ello sea necesario enfrentar las restricciones impuestas por la moral y por las lealtades político-familiares.

-¿Por qué el siglo XII dio origen al amor cortés?

-Porque fue en el siglo XII que, por primera vez, las emociones y los sentimientos apasionados en relación a la mujer amada fueron tematizados, por medio de poemas y canciones de amor, elaborados y desarrollados en las cortes reales y feudales de Europa. Producidos inicialmente en Francia, en la región del Poitou y del Languedoc, fueron motivados, en gran medida, por la penetración de la lírica árabe, proveniente de la España morisca y de Oriente Medio. Desde allí, se diseminaron hacia otras partes de Europa. No obstante, en esos poemas y canciones de amor cortés, la idea, propia del amor romántico, de que la pasión amorosa podía justificar y legitimar el casamiento de quienes se aman, jamás aparecía manifestada por ser algo impensable en esa época.

-¿Cuál sería el significado de la noción de “kama” en el hinduismo?

-La noción de “kama” expresa una forma de pensar el amor en la cual los aspectos corporales y espirituales se hallan intrínsecamente relacionados. Abarcando simultáneamente el placer y el amor, el “kama” se refiere no sólo a los placeres sexuales, sino también a los provenientes de los cinco sentidos. Estas connotaciones sexuales del “kama” hacen que sea traducido más frecuentemente como placer que como amor. Su expresión fuertemente corporal y sensual, sin embargo, no significa que esté vinculado a la naturaleza animal del ser humano. El énfasis en el amor físico es, en realidad, la forma india de humanización de la sexualidad, y es un medio para acercarla al reino de la cultura y de la tradición brahmánica. Por esta razón, el Kama Sutra, que, en otros contextos culturales, puede ser visto como pornográfico y obsceno, por describir minuciosamente las diferentes prácticas sexuales y los medios a emplear para obtener el máximo goce posible, ha sido considerado por los indios, desde que fue escrito hace casi dos mil años, como legítimo y necesario. Vatsyayana, su autor, es reverenciado por toda la India como el Gran Vidente.

-¿Cómo se entiende que India haya tenido una mujer con poder real como Indira Gandhi y que, sin embargo, sigan existiendo los casamientos arreglados que someten a la mujer?

-En los casamientos arreglados tanto hombres como mujeres deben someterse a la imposición familiar. Por lo tanto, no se puede pensar que la adopción de este tipo de casamiento imponga solo y exclusivamente la sumisión femenina. La persistencia de casamientos arreglados en la sociedad india, incluso en tiempos recientes, se debe a que les atribuyen ciertas ventajas. Una de las ventajas alegadas, espantosa para nosotros, es la de la ausencia del período de noviazgo. En lugar de idealizar esa época y de recordarla con saudade, el noviazgo suele ser considerado como un momento de tensión, capaz de generar desgastes en la relación de los novios, humillación, en caso de ruptura, además de, eventualmente, provocar desentendimientos y conflictos entre los jóvenes, muchas veces amigos o colegas, al ponerlos a competir a unos con otros.