No hay dos trayectorias universitarias iguales.

De eso, Sebastián Dop está convencido. Sin embargo, la suya es particularmente destacable: su discapacidad visual lo encaminó hacia un recorrido académico singular y único, cuyo último paso fue recibir su diploma de licenciado en Ciencias Biológicas en el salón de actos de la Universidad Nacional del Sur (UNS), de la que egresó con 9,35 de promedio.

Con 25 años, el joven de Tres Arroyos planifica su doctorado, para el que cuenta con una beca del CONICET. A su criterio, es fundamental investigar con un “compromiso social concreto y participativo”.

Al culminar su formación secundaria, tentado por la psicología, las bellas artes y la biología como posibles opciones de cara a la universidad, se inclinó por esta última, que había despertado su interés gracias a la influencia de una profesora de la escuela agropecuaria a la que asistió. “Es una carrera con mucha carga horaria y con mucha exigencia”, explicó Dop al Suplemento Universidad.

Y pudo sortear los desafíos que la licenciatura le planteó gracias a sus compañeros: “No estoy descubriendo la rueda al plantear que el trabajo en equipo es fundamental para atravesar la universidad, pero creo que en mi situación particular fue muy importante. A la hora de cursar materias como Matemáticas, que es –al menos desde mi experiencia– uno de los problemas más grandes en accesibilidad, ahí estaban mis amigues ayudándome”.

La digitalización de bibliografía impulsada por la educación virtual en tiempos de pandemia es un modelo a gran escala del trabajo personal que Dop hizo con el material de estudio durante su cursada en la UNS. “El plan ‘A’ era que el material esté disponible para la pantalla, el ‘B’ intentar digitalizarlo y el ‘C’ buscar uno parecido”, detalló.

“Por suerte, la biblioteca de la UNS cuenta con un equipo de trabajo que se dedica a volver accesibles los materiales cuando no están digitalizados”, destacó.

Con respecto a los desafíos que la disfuncionalidad visual le propuso al atravesar el plan de estudios, Dop aclaró que hubo instancias que tuvo que superar con modalidades alternativas, pero no por ello menos idóneas. “Hoy por hoy, no puedo mirar en un microscopio, y por lo tanto no se me pidió que lo hiciera porque sería un sinsentido. Pero se buscaron opciones alternativas, con láminas, por ejemplo, o que realizara otras actividades”.

En ese sentido, expuso que es “ingenuo o reduccionista creer que hay trayectorias académicas únicas” y recalcó que, si bien “se pueden delinear recorridos o competencias mínimas”, los estudiantes pueden “formarse desde un montón de lugares y seguir siendo competentes como profesionales”.

El flamante egresado valoró el trabajo para facilitar el acceso de las personas con discapacidad a los centros de formación, aunque subrayó que las instituciones no están completamente preparadas para acompañarlos. "Se ha hecho un montón y, si estoy donde estoy, es porque tuve muchísimo acompañamiento. Pero sí me parece que hace falta seguir trabajando. Creer que está todo resuelto sería un gran error; el todo y la nada no son lugares interesantes para hacer este análisis”, puntualizó.

Su trabajo doctoral pondrá el foco en los aportes de la perspectiva semanticista y de la meta-cognición en la formación de docentes de Biología a nivel social. “La idea es trabajar siempre con temáticas de relevancia social”, destacó.