Inmensa tristeza por la partida de José Pablo. No solamente un amigo sino, sin ninguna duda, uno de los grandes referentes de la vida intelectual, cultural y política de nuestro país. José Pablo atravesó la escritura filosófica, la literatura, y también llevó la filosofía a la televisión, en ese programa memorable que desarrolló durante varios años en Canal Encuentro.

Fue parte de una generación extraordinaria, la de los años sesenta. Intervino en la vida política y cultural y nunca más dejó ese compromiso por una sociedad y un país más justos, dentro de la generación de Horacio González, Nicolás Casullo y de tantos y tantas que son parte de nuestra enorme tradición intelectual.

La obra de José Pablo es compleja y diversa. Le preocupaban todos los temas, que iban desde la Escuela de Frankfurt a las nuevas tecnologías, pasando por su monumental obra sobre el peronismo, pero tambien la revolución, las ideas de Sartre. Fue parte de esa generación que se formó en la tradición del existencialismo sartreano, que a su vez asumió rápidamente el compromiso político en los años calientes de los sesenta y setenta, que atravesó duramente el exilio interior durante los años de la dictadura. Una de las voces más importantes y de las plumas más significativas de la vida política, cultural y filosófica del país, uno de los grandes ensayistas de la tradición argentina.

Este ha sido un año durísimo para todos nosotros. Despedimos primero al inconmensurable Horacio González, queridísimo amigo de José Pablo. Tienen un libro de diálogos que da cuenta de 70 años de vida argentina de una manera única, como sólo ellos dos podían hacerlo. Sólo queda decir que hoy somos un poco más pobres.