Hacer un periodismo honesto en el modo de encarar los temas, reflejar la “otra mirada” de Página/12 en el aire de la AM 750, plantear columnas en temas centrales de hoy. Esos son los objetivos que se propone Nora Veiras, directora periodística de este diario, para Aquí, allá y en todas partes, el programa diario que conducirá y que comenzará este lunes a las 15 en la AM750. A Veiras la acompañará un equipo integrado por Valeria DelgadoIrina Hauser, Hernán Letcher, Victoria Ginzberg, Ariel Scher y Pablo Esteban, con el respaldo de la producción de Lucía Eisenschlos y Tiago Rodríguez. En esta entrevista, Veiras anticipa las líneas principales del programa y reflexiona sobre el estado del medio.

-¿Cuál es la propuesta del programa para el oyente?

-La propuesta es reencontrarnos con el periodismo que nos gusta a quienes lo hacemos y que esperamos que el público disfrute, donde se comparta información, opinión, entretenimiento y cultura, desde un lugar honesto en la forma de encarar los temas. Con argumentos y tratando de ayudar a entender lo que pasa, criticar lo que no nos gusta y elogiar lo que nos parece bien.

-¿Cómo será la dinámica con los columnistas?

-Más que secciones fijas, cada columnista tendrá su propuesta para desarrollar, que serán dos o tres entradas cada uno cuando estén. No estamos todos, todos los días. Fijas de lunes a viernes estaremos Valeria Delgado y yo. Lunes, miércoles y jueves, Irina Hauser, Pablo Esteban con ciencia los miércoles, Hernán Letcher martes y jueves hablando de economía, los lunes Ariel Scher en deportes y los jueves Victoria Ginzberg con derechos humanos. La temática se va armando en función de las agendas que decidimos. Sí habrá informes con audios sobre determinados temas en función de la agenda de la semana.

-¿Cómo imaginás el tono del programa?

-En la radio es fundamental la buena onda en la mesa de laburo. Lo que espero es que la pandemia nos permita estar presentes en el estudio para poder pulir ese intercambio. Porque si bien conozco a muchos de los integrantes del equipo, no trabajé con todos juntos. Esa dinámica tiene que ir fluyendo a medida que avanza el programa. Es un hacer sin red. La radio en un punto es eso: tener elementos para poder ofrecer lo mejor en un espacio donde no hay ensayo posible.

-El famoso vértigo del vivo.

-Eso es fundamental, a mí me activa. Me pasó siempre en radio y tele. A veces te sale mejor, otras peor, pero resolvés. Esto claro se hace desde un esqueleto de contención, sino es imposible. Tenés una rutina que ordena. Es la famosa frase que “de la nada, nada surge”.

-Hoy hay una dispersión de los discursos públicos por múltiples plataformas. ¿Qué rol puede o debe cumplir la radio todavía?

-Con lo de las múltiples plataformas siempre alguno pronostica el fin de los medios. Pero la radio siempre es un lugar de compañía. Podés hacer otra cosa con la radio como telón de fondo, pero cuando algo te interesa, parás y escuchás. Eso es irrepetible en otros medios. Sigue siendo un lugar que te atrapa, sea desde el ritmo, la música, la calidez o las voces, de la profundidad de lo que se está diciendo. Hoy hay nuevos formatos, como el podcast, pero son otra cosa, más on demand.

-En ese sentido, ¿qué te parece que falta en los programas de noticias?

-Me parece que hay mucha oferta y muy variada. Hay fms, radios por internet. Se diversificó la oferta. A mí me gusta más escuchar al entrevistado con argumentos para defender lo que sostienen, que se pueden explayar y analizar distintos aspectos de lo que pasa con voces más tranquilas.

-Hoy hay una radio “crispada” que bloquea eso.

-Sí, y no me gusta la radio crispada, no me gusta la crispación en ningún aspecto. Sí creo en la convicción y en explicitar el lugar desde el cual uno habla. Eso es básico y válido absolutamente, pero la crispación no me representa.

-¿Cómo se contrarresta eso?

-Eso va dependiendo de los temas que surgen. Vamos a tener un columnista de ciencia y tecnología, otro de derechos humanos, que no son columnistas habituales en programas periodísticos, son áreas en las que hay mucho por hablar, por debatir, por analizar, y que hacen al sentido de hablar desde un micrófono. Más allá de la coyuntura insoslayable y en la cual la Argentina te da letra todo el tiempo.

-Con la pandemia la ciencia saltó a un lugar central del debate público. Aun así no hay tantos columnistas científicos en medios.

-A mí me parece fundamental. La pandemia es un espanto y condiciona la vida de todos, pero si hay algo hizo evidente es que el desarrollo científico es fundamental para la vida de millones de personas, para la vida humana misma. Hoy en día padecemos una ola de contagios enorme, pero si no existiera el nivel de vacunación, sus consecuencias serían terribles. La vacunación es producto del desarrollo científico. Un chanta diletante en la esquina no puede fabricar una vacuna. Eso lo hace la ciencia. Y eso supone inversión en educación, en investigación. Después está la otra discusión, política y económica, que la pandemia expuso de forma atroz, que es la desigualdad con la que se difunde ese conocimiento según el interés de los laboratorios y las grandes potencias, que además es autodestructivo. La nueva cepa salió de África porque es el continente con un 2 por ciento de vacunación.¿Por qué pasó? ¿Por ignorancia? ¿Por los intereses? ¿Te conviene que mute y seguir haciendo negocios? Son temas para discutir, para debatir. Lo mismo todo el tema ambiental, salir de la discusión maniquea sobre los debates ambientales, que por suerte aparecen en primera plana de la agenda política y exigen respuestas.

-Buena parte del equipo también trabaja en Página/12. ¿Cómo influye eso?

-Lo fundamental es tratar de reflejar la otra mirada que tenemos desde la agenda de Página, en un formato radial en el marco de la AM750. Es un poco una continuidad de nuestra otra mirada de lo que sucede.