A cuatro meses de haber llegado a la Casa Blanca, Donald Trump impone la que tal vez sea la primera marca perdurable de su gobierno, la que dará el tono de los cuatro años iniciados en enero. Es que hoy ve la luz en el Congreso el proyecto de presupuesto para el año próximo, y la agresividad hacia los más vulnerables es inversamente proporcional a la generosidad mostrada hacia el complejo bélico.

De todas las partidas, sólo aumenta el gasto en Defensa, dentro de un presupuesto presentado bajo un pomposo nombre: Nuevo Fundamento de la Grandeza Americana. En materia social, el recorte excede los ya hechos a Obamacare, la reforma del seguro médico que emprendió la administración demócrata y le dio cobertura a 20 millones que no la tenían. Eso ya es pasado desde que Trump llegó al Salón Oval, y el ajuste se profundiza ahora por ese lado.

“Hasta ahora se pensaba solo en quienes recibían dinero. Eso se ha terminado. Hemos dado un giro y elaborado unos presupuestos poniéndonos en los zapatos de quienes pagan ese dinero, en el contribuyente. La compasión ya no se mide por el número de subsidiados o el dinero gastado, sino por aquellos que vuelvan a trabajar”, aseguró Mick Mulvaney, director de la Oficina de Presupuesto, para justificar el proyecto, que prevé recortar 3 mil millones de dólares en una década.

El recorte en el gasto social es la clave de Trump para reducir el déficit fiscal, de 600 mil millones de dólares. La deuda pública, que asciende al 76 por ciento del PBI, la quieren tener al 59 por ciento en diez años. El objetivo es que crezca el PBI, que los más optimistas ven en el orden del 4 por ciento para el año próximo, el más alto en lo que va de siglo.

Ello va de la mano con una reforma fiscal que recorta impuestos a los más ricos, con rebajas que van del 39 al 35 por ciento en la carga impositiva y una formidable reducción de 20 puntos en el impuesto de sociedades, del 35 al 15 por ciento.

Mientras tanto, crece el gasto militar en 10 puntos, lo cual se traduce en 54 mil millones más para el Pentágono. Seguridad Nacional (CIA y FBI) sube 7 puntos, y hay un incremento de 6 puntos para los veteranos de guerra. En el gasto en Defensa está contemplado financiar el muro en la frontera con México, una de las promesas más controversiales de la campaña republicana.

A la inversa, el recorte más brutal es en Medio Ambiente y Programas de Desarrollo: 30 puntos menos que en el ejercicio anterior. Educación y Salud pierden 15 puntos en promedio.

Otra herramienta de Trump para reducir la deuda es la venta de las reservas de petróleo. Directamente se quiere vender la mitad de los barriles, a un ritmo de 95 mil por día durante una década. Son 688 millones de barriles, y de cara al 2028 podrían generar 16 mil millones de dólares a las arcas públicas.