Desde Mar del Plata

Las cifras récord de visitas que desde diciembre son un hecho para Mar del Plata y los principales destinos turísticos del país no están a tono con las sensaciones de los productores teatrales de “La Feliz”, quienes todavía, en esta primera performance de enero, no han visto en sus salas el reflejo de la temporada “histórica” que de antemano se aseguraba para la actividad.

El teatro es uno de los rubros más afectados y necesitados desde la irrupción del Covid-19. Después de transitar un verano “inexistente” y de profunda crisis en el 2021, la llegada de este período estival generó gran esperanza y fue motivo suficiente para justificar la fuerte inversión que permitió levantar una cartelera como las de “antes”, con títulos y figuras nacionales de sobra.

Pero el coronavirus de nuevo frustró los planes: de entrada, frente a la inesperada explosión de la tercera ola, la reprogramación y suspensión de estrenos y funciones por contagios fue una constante para numerosos elencos, y la merma de público se hizo sentir. “Me animaría a decir que prácticamente cada día nos enterábamos de un espectáculo distinto que se suspendía”, reconoce Carlos Rottemberg, hombre que apuesta por Mar del Plata desde hace 44 años.

En la previa, el empresario que administra el complejo Lido-Neptuno-Bristol de la calle Santa Fe había definido a esta temporada como “necesaria” después del golpe inédito que significó el primer verano en pandemia. “La mayoría de las salas estuvieron cerradas. Y la verdad que venimos con toda la necesidad de una profesión que está inmersa dentro del problema general de lo que es esta situación sanitaria”, señala.

Sin embargo, Rottemberg, sin números en mano, ahora se muestra más cauto y prefiere decir que ésta es una “temporada híbrida”. “Creo que es la primera vez que cambio el título que había previsto”, confiesa a Página/12, y explica: “En nuestra profesión, siempre hubo un correlato entre la gente que llegaba a la ciudad y la gente que se distribuía entre las distintas actividades, incluida la nuestra. Pero ahora no vemos una relación tan directa ni en Mar del Plata ni en el mundo con respecto al movimiento turístico y la asistencia al teatro”.

Y como si la pandemia fuera poco, la capital del espectáculo suma otra variable absolutamente imprevisible: el clima. Recién las condiciones empezaron a dar una mano a la actividad en el cambio de quincena, donde la lluvia y el frío se transformaron en una compañía diaria después de vivir, increíblemente, la ola de calor más importante desde que se tiene memoria con un récord absoluto de 42 grados que volcó a todo el mundo a las playas.

“Empezamos a ver un cambio positivo. A partir del clima, la segunda quincena inclinó a favor la brújula en relación a la cantidad de asistentes que están concurriendo en estos últimos días al teatro. Y en lo nuestro también se ve una suerte de ‘estabilización’ que a lo mejor está vinculada a que ya tuvimos varias bajas por contagios en la primera quincena”, analiza el productor de grandes títulos como Bossi Comedy tour, Dos locas de remate y El acompañamiento, aunque reconoce que es “prematuro” anticipar cómo será el fin de este verano.

Reticencias

Pero alguien que sí se anima a pronosticar el final es Carlos Vinciguerra, productor artístico y dueño del Teatro Victoria. “Hoy, solo el 10 por ciento de los teatros puede estar bien en Mar del Plata. Yo me animo a decir que después del 10 o 15 de febrero, una vez que pasen los premios Estrella de Mar, muchas obras se van a bajar”, sentencia, en declaraciones a este medio.

“Petón”, como lo conocen todos en la ciudad, es una de las principales caras que tiene el teatro de la calle Rivadavia, un clásico para el turista con alternativas más independientes y que siempre representa un fiel termómetro de la actividad por el alto tránsito que colapsa la zona céntrica. “Nosotros, en octubre, esperábamos estar llenos pero hoy, en promedio, trabajamos a un cincuenta o un sesenta por ciento de la sala, y estamos hablando de la calle Rivadavia”, sostiene.

Además, Vinciguerra no olvida el fuerte condicionante que genera para la actividad la decisión del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta de haber anticipado el inicio del ciclo lectivo para el 21 de febrero en Capital Federal. “Eso no ayuda mucho, y no solo al teatro sino que perjudica a todos los rubros del turismo”, lamenta, y agrega: “La verdad que esta temporada no está siendo lo que se esperaba”.

Y a partir del auge de la tercera ola, el hombre del Victoria, que suele distinguirse por las propuestas infantiles para toda la familia, hace énfasis en lo “difícil que es lograr que ingrese la gente” a las salas pese a los estrictos protocolos que garantiza el rubro artístico. “La gente sigue muy reticente a ingresar a los teatros por este tema de la pandemia y vemos que pasa lo mismo con los cines y muchos otros sectores”, afirma.

De todos modos, Vinciguerra coincide en la mirada de futuro inmediato de Rottemberg y cree que lo “más fuerte” está por venir para la actividad. La expectativa se sustenta, en parte, por tradición: es que históricamente la segunda quincena fue la de mayor trabajo para los teatristas. “Ahora la gente viene generalmente con otro tipo de poder adquisitivo y en la primera quincena de febrero también, así que por eso sostengo que hasta el 10 de febrero vamos a estar bien”, dice.

A precios accesibles y con promociones, el teatro de calle Rivadavia tiene siete obras en esta temporada, entre infantiles, comedias musicales, unipersonales, shows de magia y otros títulos novedosos como el que protagoniza Noelia Pace, una médium que causa furor arriba del escenario con sus “sesiones en vivo”.

Optimismo

El balance más positivo llega desde el Centro Provincial de las Artes Teatro Auditorium, donde consideran que el verano marplatense “está funcionando con los números que más o menos se habían pensado” a pesar de que no haber estado exentos a las reprogramaciones por Covid-19. “Se pensó una programación de calidad y con un precio módico que permite a todo público ingresar a la sala y por eso estamos viendo este funcionamiento”, justifica Marcelo Marán, su director.

“Por supuesto que el Covid generó retrasos y provocó un descenso en cierta cuota de público, pero nosotros estamos viendo ciertamente lo que habíamos imaginado para esta temporada. Y lo que vemos hacia adelante en materia de ventas también es bueno”, confía, ante la consulta, el hombre del complejo que administra la gestión cultural de la Provincia de Buenos Aires.

Si bien resalta el rendimiento de gran parte de los espectáculos en cartelera, Marán resalta puntualmente el éxito de La comedia es peligrosa, la obra de suspenso y vodevil situada en el Virreinato del Río de la Plata que se concibió en coproducción con el Teatro Nacional Cervantes. “Es la obra que ocupa mayor cantidad de días y fue nuestra apuesta más fuerte porque nos decidimos por una espectáculo de mucha calidad. Y realmente está funcionando bien con el público”, insiste.