Uno. Se ganó sin Messi; se puede sin el mejor jugador del mundo. Y sin Romero.

Dos. Se ganó un partido que era en la previa muy chivo. Los chilenos se jugaban todo en esta feroz pelea que tiene con Colombia, Uruguay y Perú especialmente, para llegar al menos al repechaje.

Tres. Se trabajó muy bien la cuestión del remate de media distancia. Antes del partido, en el calentamiento, los delanteros patearon mucho (y muy bien por cierto) de media distancia, viendo cómo volaba la pelota en la altura. Y a la hora de la verdad, golazo de Di María (foto) desde afuera y gol de Lautaro Martínez después de un remate desde lejos de De Paul que no pudo retener Bravo.

Cuatro. En los arqueros estuvo una de las mayores diferencias. Bravo se comió el segundo gol y el Dibu Martínez tuvo dos atajadas fenomenales.

Cinco. Hubo momentos de toque y buen juego en el primer tiempo, al compás de la batuta del Papu Gómez que fue el mejor de la cancha en esos primeros 45 minutos.

Seis. Cuando en el segundo tiempo los chilenos fueron a buscar el empate el equipo mostró una gran personalidad y una notable entrega para disimular algunas deficiencias defensivas, sobre todo por los laterales.

Siete. La selección no entró en el juego violento que propusieron los chilenos y que no fue frenado por el árbitro.

Ocho. Una mala noticia es que no van a poder jugar contra Colombia De Paul, Tagliafico, Paredes y Otamendi.

Nueve. Una buena noticia es que hay reserva en el banco como para poder suplir esas bajas en el próximo partido que va ser muy difícil por cierto.

Diez. No fue un partido de diez puntos de la selección, pero no bajó de los 7. Un buen promedio para lograr esa victoria tan elaborada.