La esencia de un bar

No hay muchos bares como El Limón en Buenos Aires: un lugar pequeño, con una barra que hace de frontera entre la calle y el salón, y unas pocas mesas en la vereda. Un refugio para aquellos que disfrutan de tomar un rico trago en un espacio relajado, como si fuera una juntada improvisada de amigos en el patio de una casa. Hay algo de acogedor y cálido en esta propuesta comandada por Lucas Dávalos y Diego Aguinsky que lo vuelve doblemente disfrutable.

La carta de El Limón es corta, con tragos de autor y un tapeo muy sabroso. Más allá de los cócteles que figuran en el menú, siempre es posible pedir consejo y dejarse guiar por esta dupla de bartenders con gran experiencia a sus espaldas. Abundan los detalles que muestran su profesionalidad: desde bases preparadas para que el servicio sea dinámico y rápido, incluso con el local lleno de gente; a cócteles muy contemporáneos sin decoración más que la preciosa cristalería y los hielos traslúcidos. Casi tan buenos como los tragos ($500) son los nombres que les pusieron, en sintonía con la banda de sonido que suena durante la noche. Ya no rasques la alfombra, uno de los tragos favoritos, sale con vodka, maracuyá, frambuesa, limón y rooibos; Estás verde incluye gin, apio, piña, pepino y limón. Para sobrellevar el calor, todos son muy frescos, aunque también hay otros con mayor carga alcohólica como el Muy normal que preparan con bourbon, ron, cassis y vermú dulce. 

Si bien a El Limón se va a beber, la comida acompañar con honores: hay un contundente sándwich de pastrón y una selección de tapas frías como boquerones, quesos, rico pan de molde y aceitunas marinadas (desde $220).

En una calurosa noche de verano, sentarse en la vereda a tomar un Vinito (un cóctel clarificado hecho con vodka, botánicos, sandía y flores blancas bien frío con un tiradito de palta, sésamo, lima y almendras) es una gran experiencia que nadie debería perderse.

El Limón queda en Castillo 590. Horario de atención: miércoles a sábados de 19 a 3. Instagram: @ellimonbar.

Canilla libre

Santos Vega lleva con honor la cucarda de haber sido el primer draught bar del país: desde sus cinco canillas sirven cócteles tirados, en un formato similar al que se utiliza para las cervezas. Una de las razones de haber elegido este sistema que hoy adoptaron varios otros bares es la constancia en la elaboración (los tragos salen siempre igual) y la rapidez de servicio. En los próximos meses tienen previsto estrenar una nueva línea de canillas para contar con más cócteles que puedan servirse de esta manera. Gin Tonics y Spritz son las dos tragos tirados que más salen ($600) pero otros van variando de acuerdo a la temporada y la demanda de los clientes. 

“La carta la va armando la gente”, dice Sebas Cirrincione, parte de esta sociedad que esta temporada abrió también La Balconada en Mar del Plata. Además de los tragos en canilla, hay un amplio menú de cócteles hechos en el momento, entre los clásicos y los de autor: bajo la categoría de Signed Cocktails (desde $650) se puede elegir entre un Santos Special a base de whisky o un Candance hecho con Parfait Amour, Carpano Bianco, almibar, limón, espumante y pepino; y en la selección de Premium Cocktails aparecen opciones como el Negroni Perfetto preparado con gin Brokers, Campari, vermú Antica Formula y piel de naranja ($1000).

Claro que también hay comida: junto con una oferta de vinos y cervezas varias, Santos Vega cuenta con un menú de platos desarrollados por el reconocido cocinero Martín Arrieta que va desde los fish&chips ($700) y las pizzas individuales ($600) hasta un cuadril al Malbec ($800) o tacos ($700).

Al ingresar a Santos Vega, lo primero que aparece es un pequeño bar desde el cual se puede acceder a un VIP en el primer piso o al salón principal decorado con libros, tocadiscos y vinilos. Todas las semanas hay DJs que musicalizan la noche, buscando y logrando el clima perfecto para una velada repleta de cócteles, charlas y miradas.

Santos Vega queda en Niceto Vega 5924. Horario de atención: jueves a sábados de 20 a 4. Instagram: @santosvegabar.

Viaje en el tiempo

En octubre del año pasado, a menos de un año de haber abierto, Osten se consagró como el ganador de los Restaurant & Bar Design Awards en la categoría Standalone superando a todos los nominados de la región. Ambientado en los años 20, Osten parece la escenografía de El gran Gatsby, y no es difícil imaginar a Di Caprio acodado en la barra bebiendo uno de los cócteles de la carta. Esa gran barra de mármol es el mejor lugar donde disfrutar de una noche de tragos pero si la idea es cenar siempre se pueden elegir algunas de las mesas del salón o de la terraza. “Estamos afinando sabores que nuestro público conoce pero presentándolos de forma diferente y preparando otros más experimentales para incorporar a la carta”, cuenta Joaquín Navarro, el bartender de la casa. “Siempre tenemos dos tragos muy locales: ahora por ejemplo estamos haciendo pruebas con distintas aromáticas como el burrito para preparar un Collins diferente”.

Si bien todo el espacio es imponente, el bar es definitivamente el centro simbólico del lugar. Los cócteles se dividen en frutales, intensos, cítricos y clásicos (desde $800) preparados con una extensa variedad de etiquetas nacionales e importadas y para todos los gustos. Desde el Not a Colada con Cynar, piña, coco y lemongras al Desde Cuba con amor, preparado con blend de rones Flor de Caña, frambuesa, pomelo y jengibre ($900), pasando por otros bien florales como La Provence, con gin, lavanda, cítricos, miel y jengibre o el Camden Town con gin, pomelo, frambuesa y Aperol. También hay una interesante lista de aperitivos y algunos mocktails (sin alcohol).

Juan Antonio Fierro Parra y Agustín Brañas son el chef y director de carta de Olsen y diseñaron un menú con una fuerte presencia carnívora con opciones que van desde el ojo de bife hasta cortes Wagyu (desde $1800), pastas como los cappelletti de centolla y postres clásicos.

Con aires de otro tiempo, Osten es un lugar para disfrutar de una salida de aires elegantes, transportándose lejos de esta Buenos Aires del siglo XXI.

Osten queda en Juana Manso 1890. Horario de atención: martes a sábados de 8 a 3 am. Reservas: osten.meitre.com. Instagram: @ostenmadero.