Sin bombos ni platillos publicitarios, la plataforma HBO Max lanzó directamente, sin pasar por las salas de cine, el último largometraje de Steven Soderbergh, el prolífico realizador (alguna vez retirado) reconocido por películas como Sexo, mentiras y video, La gran estafa, Traffic y el díptico Che, entre otra veintena de títulos. Tan activo se encuentra que, desde su regreso detrás de las cámaras en 2017 con La estafa de los Logan, lleva rubricados siete films, dos de ellos producidos durante la pandemia de covid-19. A diferencia de algunas de sus creaciones de mayor envergadura, Kimi: alguien te está mirando comparte con obras previas como Perturbada y Bubble una ingeniería de bajo perfil, presupuesto moderado tirando a bajo y formas cinematográficas genéricas herederas de los viejos productos clase B de los grandes estudios. Sin encandilar pero con brillo propio, Kimi logra concentrar en menos de 90 minutos un relato de suspenso derivativo pero ingenioso, a partir de un conciso trabajo en el papel de David Koepp, el nombre detrás de los guiones de Jurassic Park, Carlito’s Way y El hombre araña en su versión Sam Raimi.

Angela (Zoë Kravitz) vive sola en un amplio piso de Seattle, enfrascada en su trabajo como analista de un sistema de inteligencia artificial llamado Kimi, prima ficcional de las muy reales Shiri o Alexa. De cabellera azul, ropa cuidadosamente descuidada y uso constante de las redes sociales, Angela parece la quintaesencia de la actitud millennial, aunque su agorafobia le impide cruzar el umbral de la casa. En cierto momento se habla de un hecho traumático del pasado, pero es obvio que la encerrona del covid-19 hizo aún más pronunciado su pavor al aire libre. En la primera secuencia, la joven se dispone a encontrarse con su vecino y amante eventual en un puesto de comida callejero, pero a poco de calzarse el barbijo se congela y derrumba en el parqué, volviendo de inmediato al confort de la pantalla y los auriculares. Ya en esos momentos seminales Kimi coquetea con el homenaje a La ventana indiscreta (todo un género en sí mismo; ver las recientes La mujer en la ventana y la serie La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana), pero se trata de una pista falsa.

Lo que descubre Angela –aquello que, por supuesto, nunca debería haber descubierto– no atraviesa sus ojos sino los oídos, como en el clásico de Coppola La conversación. Un audio como cualquier otro –órdenes del tipo “Kimi, enciende las luces” o “Kimi, pon un tema de Billie Eilish”– se transforma de pronto en el indicio de un posible crimen, punto de partida para una historia que, en su primera mitad, nunca atraviesa las cuatro paredes del living del departamento. Y que, cuando lo hace, sigue a la protagonista en un ámbito de creciente paranoia que deriva en peligros bien concretos y, huelga decir, mortales. Así, la chica encerrada se convierte en la chica perseguida, de la casa a las calles y de las calles de nuevo al hogar. Nada nuevo bajo el sol ni mucho menos, pero con algunas novedades y el ritmo suficiente para mantener la atención, todo aderezado con comentarios sobre la privacidad en la era de la hiper conectividad y los miedos más atávicos vestidos con ropajes modernos, coronados por raros peinados nuevos.

KIMI: ALGUIEN ESTÁ ESCUCHANDO 6 puntos

Kimi; Estados Unidos, 2022

Dirección: Steven Soderbergh.

Guion: David Koepp.

Intérpretes: Zoë Kravitz, Betsy Brantley, Rita Wilson, India de Beaufort,

Emily Kuroda, Byron Bowers.

Duración: 89 minutos.

Estreno en HBO Max.