Las repúblicas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, cuya independencia reconoció Moscú este lunes, están situadas en la cuenca minera rusófona del Donbass, al este de Ucrania, y están fuera del control de Kiev desde 2014. El conflicto, que se ha recrudecido en estos últimos días en el marco de las tensiones entre Rusia y Occidente, siempre ha estado latente pese a la firma en febrero de 2015 de los Acuerdos de paz de Minsk entre Ucrania, Rusia, Francia y Alemania. En ocho años la guerra entre los separatistas y las autoridades de Kiev ha dejado más de 14 mil muertos, tanto militares como civiles.

Donetsk

Donetsk, antes conocida como Stalino, es la principal ciudad de la cuenca minera del Donbass, así como uno de los principales centros metalúrgicos de Ucrania. Con dos millones de habitantes, es la capital de la provincia de Donetsk, la más sureña de las dos, y tiene salida al mar de Azov.

Lugansk

Lugansk es una ciudad industrial en la que se fabrican productos tales como equipamiento para minería y ferrocarriles, alimentos procesados y herramientas. Antes llamada Voroshilovgrado, la ciudad posee 1,5 millones de habitantes.

La cuenca del Donbass, fronteriza con Rusia en la orilla norte del Mar Negro, tiene enormes reservas de carbón. La presencia de rusoparlantes en la región está relacionada con el gran número de trabajadores rusos enviados allí después de la Segunda Guerra Mundial, durante el periodo soviético. 

El origen del conflicto Ucrania-Rusia

El conflicto entre las fuerzas ucranianas y los separatistas de Donetsk y Lugansk estalló en 2014, luego de que el entonces gobierno ucraniano, afín a Rusia, fuera derrocado por un ola de protestas populares y reemplazado por otro nacionalista, antirruso y prooccidental. Los separatistas, que consideraron la revolución un golpe de Estado, se sienten amenazados por el nuevo gobierno, que dicen que no los representa.

Crimea

Poco antes de que se alzaran en armas, Rusia se anexionó la península ucraniana de Crimea, sobre el mar Negro, luego de que sus habitantes también rechazaran el cambio de gobierno y celebraran un referéndum independentista. El 12 mayo de 2014, las regiones de Donetsk y Lugansk autoproclaman sus independencias y piden integrarse a Rusia, tras un referéndum celebrado entre combates y sin observadores internacionales.

Mientras se libraban batallas feroces con tanques, artillería pesada y aviones de guerra, el vuelo 17 de Malaysia Airlines fue derribado sobre el este de Ucrania el 17 de julio de 2014, matando a las 298 personas que iban a bordo. Una investigación internacional concluyó que el avión de pasajeros fue derribado por un misil proporcionado por Rusia y disparado desde el territorio controlado por los rebeldes en Ucrania. Moscú sigue negando su implicación en el atentado.

El Donbass también está en el centro de una batalla cultural entre Kiev, la capital de Ucrania, y Moscú, que argumenta que la región, junto con gran parte del este de Ucrania, está poblada por rusoparlantes que deben ser protegidos del nacionalismo ucraniano. Tal es así que en junio de 2020 el Parlamento de Lugansk adoptó el ruso como única lengua oficial del territorio.

Los Acuerdos de Minsk 

La resolución del conflicto, prevista en los Acuerdos de Minsk de 2015, está en un punto muerto, ya que el gobierno ucraniano y los separatistas se acusan mutuamente de no respetarlos. Aunque se instauraron varias treguas, quedaron obsoletas por las repetidas violaciones de las partes en conflicto. 

La parte política de los acuerdos, que prevé una amplia autonomía para las regiones rebeldes y la celebración de elecciones locales según la legislación ucraniana, sigue sin cumplirse. Muchos ucranianos los consideran una traición a los intereses nacionales. El documento de Minsk contribuyó a poner fin a los combates a gran escala, pero la situación sigue siendo tensa y los enfrentamientos han continuado con regularidad.

Separatistas pro-Rusia

Ucrania y los países occidentales acusan a Rusia de apoyar militar y financieramente a los separatistas, pero Moscú lo niega. El reconocimiento de su independencia por parte del presidente Vladimir Putin permitiría a Rusia enviar combatientes y armas para ayudarlos contra Ucrania, una situación que parece terminar de sepultar los Acuerdos de Minsk.

Este lunes Putin decretó que militares rusos se desplegarán en los territorios de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk para ejercer funciones de "pacificación" hasta la firma de acuerdos sobre la Amistad, la Cooperación y la Ayuda Mutua entre ambas entidades y Moscú.

Denis Pushilin, elegido en 2018 en una votación que Kiev considera ilegal, lidera la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR). Leonid Pasechnik, por su parte, dirige la autoproclamada República de Lugansk (LNR). 

Este lunes ambos líderes rebeldes publicaron nuevas declaraciones en un video en las que pedían a Putin que reconociera la independencia de sus regiones. El mandatario ruso respondió rápidamente convocando a una reunión de su Consejo de Seguridad, firmando después los decretos de reconocimiento en una ceremonia televisada.

Muchos señores de la guerra y líderes separatistas han muerto en los últimos años en atentados, víctimas de luchas intestinas u operaciones de los servicios especiales ucranianos, según versiones no verificables. El caso más destacado es el del anterior hombre fuerte de Donetsk, Alexander Zajarchenko, muerto en 2018 en una explosión en el centro de la región separatista.

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