En trece oportunidades el presidente Alberto Fernández mencionó la palabra inflación en un discurso de 11.695 palabras con una duración de poco más de 90 minutos. En la Asamblea Legislativa de inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso afirmó: "La inflación es el gran problema que tienen los argentinos y las argentinas en este momento". Es la frase-reconocimiento más contundente respecto a un panorama económico con aumentos de precios que se han estacionado en un piso del 50 por ciento anual.

Para inmediatamente agregar: "Sin ninguna duda, es también la principal preocupación y el principal desafío del Gobierno".

Señaló que hay muchos factores que inciden en la inflación y que todos tienen que ser atacados coordinadamente. Es la definición de "multicausal" que hoy reconoce hasta el Fondo Monetario Internacional para analizar la inflación argentina.

Un párrafo destacado de Fernández para identificar una de esas causas es la existencia de convivencia del poder económico con el Poder Judicial para remarcar precios. Precisó que en el primer mes de este año los Servicios de Telecomunicaciones registraron el mayor aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC).

El Indec relevó que ese rubro subió 7,5 por ciento liderando el ranking de subas en enero, dejando detrás a Restaurante y Hoteles, con 5,7 por ciento, y Alimentos y Bebidas no alcohólicas, con 4,9 por ciento. Ese 7,5 por ciento fue impulsado por el aumento en los Servicios de telefonía e internet.

Esas variaciones –como otras- de corporaciones con posición dominante de mercados van consolidando un piso inflacionario que alimenta la inercia de subas de precios. En palabras de Fernández: "Con esa costumbre seriamente arraigada en muchos sectores de 'remarcar precios por las dudas', no logramos reducir, en plena pandemia, la muy alta inflación que heredamos".

El aspecto interesante de la explicación de Fernández es que esa suba fue posible "porque algunos jueces dictaron medidas cautelares en favor de empresas prestatarias del servicio e impidieron la aplicación del decreto que declaraba servicios públicos a la telefonía celular, internet y la televisión por cable o satelital". O sea, una medida de regulación de mercado y también de precios al consumidor.

Las corporaciones que operan en ese mercado son el Grupo Clarín/Telecom, Telefónica de España y la mexicana Claro, entre las más fuertes. Con una participación menos relevante se encuentra Telecentro, Supercanal y DirectTV. Se sabe que el Grupo Clarín es el actor principal de la conducción política del poder económico y de la resistencia a esa medida en particular, y al gobierno del Frente de Todos en general.

Fernández informó que "a casi dos años de dictadas esas medidas cautelares no se expiden sobre el diferendo ni los tribunales que las dictaron ni la Corte Suprema que añeja la cuestión en algún armario".

La inflación es multicausal y una de ellas es el comportamiento predatorio de grupos económicos, no porque definen en sí la tasa de inflación, sino por el impulso inercial que fomentan en una economía con décadas acumuladas de inflación anual de dos dígitos.

El análisis acerca de la inflación tiene que sumar otra variable clave: los ingresos de los sectores populares. Además de observar las fuentes de tensión que empujan los aumentos de precios se debe evaluar al mismo tiempo qué sucede con los salarios y las jubilaciones.

En ese sentido, Fernández indicó que "los salarios reales del sector privado registrado, y pese a la elevada inflación, tuvieron una leve recuperación en 2021, aunque a un ritmo inferior al que queremos".

Entre noviembre de 2019 y noviembre de 2021, el poder adquisitivo en el segmento privado formal creció 3 por ciento. "Esta cifra en sí no exhibe nada para celebrar", aclaró, para indicar que existe ahora una nueva etapa de recuperación del salario real luego de pasar la peor etapa de la pandemia.

La principal preocupación de la población es la inflación, como afirmó Fernández, porque el principal desafío de estos próximos dos años del gobierno, como esperan las mayorías, es que los ingresos de trabajadores y jubilados le ganen con cierta holgura a la inflación para empezar a recortar sostenidamente la pérdida acumulada en los cuatro años de la administración de la alianza macrista-radical.