“En la trama de la diversidad, ser lesbiana expone una fuerte invisibilidad por la doble condición de ser mujeres y lesbianas”, reflexiona la diputada nacional por el Frente de Todos Mara Brawer --reelecta en ese cargo en 2019 luego de cumplir su primer mandato entre 2011 y 2015--, poco antes de ser reconocida como activista del mundo lésbico en la Argentina. “El patriarcado atraviesa a todos los sectores --explica Brawer--, y les es insoportable la falta de un hombre en esa escena, hay muchos motivos por los cuales esto es así, pero en la semana de la Visibilidad Lésbica, y con vistas al 8M, este reconocimiento a personas y organizaciones que trabajan por la visibilidad lésbica da cuenta de una nueva mirada desde el Estado, desde el gobierno y desde la sociedad, sobre un sector que carga con una historia de luchas que era necesario hacer visibles”.

Sus palabras se refieren al acto que se realizará en el marco de la tercera edición del evento Nosotras movemos el mundo --organizado por el Ministerio de Mujeres y Diversidad y el Ministerio de Cultura--, este sábado a las 14, en el Salón de Honor del CCK. Allí se entregará el “Reconocimiento Orgullo lésbico” a una serie de organizaciones y activistas, entre ellas a Mara Brawer, cuyo trabajo persistente devino justamente en el reconocimiento de la sociedad, ante la diversidad sexual, en especial hacia las mujeres lesbianas, esa “doble condición” que señala la diputada en la entrevista con Página/12.

El acto, organizado por la Subsecretaría de Políticas de Diversidad a cargo de Alba Rueda desde el Ministerio de Mujeres, conmemora el momento en que ser lesbiana asume un lugar protagónico en la política argentina: señala el trágico día en que fue asesinada Natalia “Pepa” Gaitán, por el padrastro de su novia, el 7 de marzo de 2010. A partir de la lucha de los colectivos LGBT, y de los organismos de Derechos Humanos, la fecha instituye la conmemoración del Día de la Visibilidad Lésbica en la Argentina.

Este año, la fecha quedará unida al reclamo por la absolución de Eva Analía “Higui” de Jesús, quien debe afrontar un juicio por “homicidio simple”. El proceso comienza el 15 de marzo en el Tribunal Oral de San Martín. Allí “Higui” será juzgada por haberse defendido de un grupo de hombres que la atacó, intentaron violarla y asesinarla a golpes. Este ataque se produjo en 2016, en el simbólico día de octubre en que en la Argentina se celebra el Día de la Madre.

De ahí que las palabras de Brawer asuman un carácter sociopolítico cuando señala: “Es la primera vez que un gobierno hace un acto así”. Se refiere al reconocimiento que recibirá junto a Greta Pena, Romina Pereyra, Luciana Sánchez, Adriana Carrasco, Andrea Rivas, Florencia Gemetro, Gabriela Bacin, Graciela Balestra, Magui Fernández, Mónica Santino, Gabriela Borreli, Norma Castillo, Laura Olivier, Florencia Paltrinieri y por supuesto, junto a “Higui” de Jesús. “Es un reconocimiento a las lesbianas que históricamente fuimos agredidas por el patriarcado, por eso es emblemático el asesinato de Pepa Gaitán y por eso fue tan feroz el ensañamiento con Higui”, señala la diputada, también licenciada en psicología. “Higui mató a uno de los tipos que la hostigaban y su caso expresa la doble invisibilización del patriarcado que busca dominar el cuerpo de las mujeres” enfatiza.

--¿Cómo toma este reconocimiento, desde lo personal y desde lo político?

--Lo personal es político. Como mujer de la política, la visibilidad y el respeto me movilizan, mueven mi historia y mis afectos. Por otro lado, me da un enorme orgullo por la lucha que dimos todas las que estamos en este reconocimiento y muchas otras, todo el movimiento de mujeres y diversidades.

--¿Qué momentos de su vida personal resuenan ante este acto?

--Los tiempos en que militaba en la JP y tenía que tener una doble vida realmente, porque estaba en la Unidad Básica y después me encontraba con las chicas, y tenía una actividad amorosa intensa, una vida afectiva de lazos imborrables y de historias hermosas. Pero en la militancia nada de eso era visible. Encima era maestra de grado. Eran dos mundos y en esa distorsión una sufre, porque la mirada del otro no te devuelve quien sos. Aunque nunca te devuelve lo real, en este caso la distancia es mayor. No te ven como sos, esa mirada te dice "estás sola", porque te ve como "sola", cuando si algo pasaba en mi vida era que no estaba sola.

--¿Cómo fue el proceso por el cual logró unir esas dos vidas?

--Fue hasta que me animé a dar el paso, porque sufrí mucho, mi adolescencia y mi primera juventud fueron de un sufrimiento desesperante. Sentía que eso me expulsaba del mundo. Hasta que tomé la decisión. Porque me moría o lo lograba, pero no me iba a quedar en el medio. La fortaleza para atravesar ese proceso la construimos entre todas mis amigas. Después, la posibilidad de hacerlo público me la dieron Néstor y Cristina. Porque, de sentir que era mirada como algo malo y despreciable, a entrar a la Casa Rosada y poder casarme si quería, y hablar de amores y desamores y presentarme como soy, fue gracias a eso, y al movimiento de mujeres y diversidades, obviamente.

--También hay un reconocimiento a organizaciones…

--La importancia del reconocimiento a instituciones marca una época, porque quienes empezamos a poder vivir la lesbiandad al principio de la democracia, tuvimos en las organizaciones de feministas y lesbianas como Lugar de mujer, Las fulanas o la Casa de  las Lunas, una red que luego se sostiene en la decisión de Néstor y de Cristina de otorgar derechos, de igualar en los derechos. Por eso es tan importante este reconocimiento en el marco de todas las actividades que organizan los ministerios en relación a la visibilidad lésbica.

--¿Considera que hoy la sociedad asume esa transformación?

--Creo que una vez que el tablero dio afirmativo en el Senado y se hizo ley el matrimonio igualitario, la sociedad argentina fue distinta. Pero no solo porque los gays y lesbianas teníamos el derecho a casarnos, sino porque todos los argentinos éramos más libres y más respetuosos. Entonces hoy, no digo que no haya resistencia, por eso siguen pegándoles a las chicas, pero fue un proceso increíblemente virtuosos, por algo si vemos hoy a los diputados, y senadores y senadoras que votaron en contra, vemos que ahora son reales militantes por los derechos a la igualdad. Cambiaron realmente. La política, la sociedad argentina creció un montón, se abrieron a las alamedas.

--¿Cuáles son los pendientes, en este sentido, desde su perspectiva?

--Siempre hay pendientes y hay cuestiones que atraviesan las clases sociales, no es lo mismo ser gay o lesbiana o trans, en grupos de una situación económica o en otra, en un pueblo o en una ciudad, en algunos segmentos se hace más difícil. El objetivo es seguir trabajando en la visibilidad y en la igualdad de género.