“Nos convocó el Ministerio de Trabajo”. “Sólo conocía a Marcelo Villegas”. “No sabíamos que los que estaban sentados ahí eran agentes de inteligencia”. “Trataron de guionarnos”. “Era incómodo”. “Hubo apreciaciones políticas”. “Soy una víctima”. Este viernes terminó la ronda de indagatorias a los seis empresarios y privados imputados en la causa sobre la Gestapo antisindical, donde aparecieron algunas de esas frases cuando aludieron a la ya famosa reunión en el Banco Provincia donde se planificaba el armado de causas.
Los relatos, queda claro, tienen dos caras. La mayoría compromete al exministro Villegas, también al exsubsecretario de Justicia, Adrián Grassi, así como a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), y evidencia que aquel encuentro no se trataba de una “mesa de trabajo institucional” sino que existía una finalidad política. A la vez, como fueron a defenderse, todos se refirieron a los conflictos de larga data con la Uocra e intentaron justificar las denuncias o notas elevadas, e incluso hubo quienes buscaron despegarse de las causas penales contra el dirigente Juan Pablo “Pata” Medina que, precisamente, se investiga si fueron fabricadas, con la participación de los gobiernos nacional, provincial y municipal. Grassi y Villegas serán indagados la próxima semana, jueves y viernes respectivamente.
Marcelo Jaworski había ido al encuentro en el Bapro, aquel 15 de junio de 2017, como vicepresidente de la Unión Industrial del Gran La Plata. En el escrito que presentó como descargo, sin responder preguntas del juez Ernesto Kreplak ni la fiscal Ana Russo, dice que lo convocó el ministerio de Trabajo y que solo conocía a Villegas. En aquel encuentro, como ya informó Página/12, se les sugirió a los presentes que enviaran notas al ministerio de trabajo bonaerense y hasta les dieron las instrucciones. La intención, quedaba dicho, era complicar luego con causas penales de Medina.
El titular de UIGLP, Hugo Timossi, mandó una carta referida a la conflictividad general con la UOCRA donde pedía la intervención de la cartera. El 4 de septiembre, cuenta Jaworski, llegó una citación judicial a la entidad de parte del juzgado federal de Quilmes, a cargo de Luis Armella, que ya tramitaba una denuncia penal contra Medina basada en una denuncia anónima. Con la notificación venía adjunta la misma nota que habían mandado a la cartera de Villegas. "Eso llamó mi atención porque la misma había sido enviada al ministerio de Trabajo y no a sede judicial y no entendía cómo ni por qué había ido a parar a un juzgado federal en Quilmes”, señaló el empresario, para despegarse. Entonces apuntó a los exfuncionarios. Contó que llamó a Villegas, quien lo mandó a hablar con Gassi.
"Tienen que ir a declarar al juzgado federal de Quilmes", le indicó el exsubsecretario de Justicia, al tanto de todo. El juez Armella ya estaba en poder de las notas enviadas al ministerio de Trabajo por empresarios y cámaras, como se había hablado en la reunión del Bapro, que no tenían relación con el anónimo que originó el expediente.
Como la mayoría de los empresarios, Jaworski se puso en posición de víctima porque se había filmado la reunión de manera clandestina y no sabía de la presencia de espías, en alusión a Darío Biorci (exjefe de gabinete de la AFI), Diego Dalmau Pereyra (exdirector operacional de Contrainteligencia) y Juan Sebastián De Stéfano (exdirector de Asuntos Jurídicos del organismo). “Me causó malestar e indignación porque me sentí engañado”, dijo al explicar que se enteró cuando el video de la reunión, que fue hallado en la AFI, tomó estado público. Lo mismo había dicho el primer indagado, Ricardo Alconada Magliano, presidente de Ocsa S.A y de la Cámara de Desarrolladores Urbanos quien también hizo hincapié en que se había sentido incómodo.
Le siguió el descargo escrito de Guillermo Moretto, del Colegio de Arquitectos, quien volvió a señalar a Villegas, a decir que no sabía de la presencia de agentes de inteligencia, que los filmaron sin consentimiento y reconoció que mandó después una nota al Ministerio de Trabajo con el argumento compartido con otros, de que la conflictividad con la UOCRA afectaba el trabajo. En la misma línea fue Jorge del Río, vicepresidente de la Asociación Pymes de la Construcción Provincia de Buenos Aires (APYMECO).
El único de los hombres indagados esta semana que aceptó hablar y responder algunas preguntas fue Fabián Cusini, constructor inmobiliario y miembro de la Cámara de Desarrolladores Urbanos, también el único de ellos que hizo una denuncia penal concreta contra Medina, el 14 de septiembre de 2017. Relató que en la cumbre en el Bapro "Villegas hacia mucho hincapié en que las Cámaras hagan una denuncia, una nota, en la que se indique lo que sus afiliados o socios estaban pasando”.
Le llamó la atención la cita en Capital Federal, la "cantidad de gente" que había, y que le dieron un "papelito" con las líneas claves para denunciar. Al referirse a los conflictos con la UOCRA contó: "una vez que me quisieron parar una obra porque no tenía Coca Cola para almorzar, en otra oportunidad tuve que salir a comprar botas nuevas por que las que tenían no las querían usar". Agregó que "todo fue empeorando, comencé a recibir mas presiones, y como la cosa no daba para mas tuve que hacer la denuncia". Quien lo impulsó a hacer la denuncia penal, precisó, fue Grassi. La hizo, concluyó, porque no había soluciones institucionales.
La última presentación, también escrita y sin responder al juez, fue este viernes la de Bernardo Zaslascky, de la Asociación Comerciantes e Industriales en Materiales de Construcción. Recordó que fue a la reunión, invitado por el ministerio de Trabajo, como a tantas otras frente a los problemas con la Uocra que afectaban a su entidad por transitividad: si se paraban las obras, había menos demanda de materiales. Sin embargo, detalló, le pareció que no era como otras reuniones y se quejó por la filmación. Le llamó la atención que "una persona de saco gris/verde (que por la descripción sería Biorci) y pelo canoso que solo se presentó por su nombre de pila señaló algunas generalidades y luego durante todo su desarrollo trataba de ´guionarnos´ en lo que deberíamos hacer o decir, hablando incluso en primera persona. Caso omiso hice a tales insinuaciones , las que hoy considero –filmación subrepticia mediante- como emanadas de una suerte de agente provocador vaya a saberse para cuales fines”, dice su escrito . “Se hablaba de la existencia de causas judiciales contra Medina por su accionar ilícito, pero hubo también apreciaciones políticas muchas de las cuales no compartí, generándose en mi una suerte de incomodidad...", aseguró. E insistió: "Me llamó la atención el tenor imperativo y guionante de la reunión”. Aclaró que no hizo denuncias penales, pero si ante el Ministerio.
Las declaraciones de Grassi y Villegas generan expectativa. Ambos tuvieron reuniones en la AFI y en la Casa Rosada. El exministro de Trabajo estuvo en un encuentro crucial en la Casa Rosada donde, como reveló este diario, Mauricio Macri le encomendó al extitular de la exSide, Gustavo Arribas, que se ocupara de la persecución antisindical.