Del otro lado del Zoom, LP se muestra impecable, con onda y de buen humor. Y nada perturbará esa actitud, salvo cuando la llaman por su nombre de nacimiento: Laura. Entonces advierte, apoyado por un movimiento de manos que se ondulan hacia atrás, que eso forma parte de su pasado. Una vez que hace la aclaración, retoma la emoción que siente por volver a la capital argentina. “No te imaginás cómo espero a que llegue el sábado”, dice. “Nunca me olvido de la primera vez que fui. No viví nada parecido en ninguna parte del mundo. Cuando lo cuento, no pueden creer toda esa locura: desde que llegué al aeropuerto y la policía tuvo que controlar a esa mujer que se estaba volviendo como loca por acercarse a mí, hasta la euforia que viví en mi primer show. Parecía un estadio de fútbol, con cantos y esas cosas. No todos mis lunes suelen ser así”.

A dos años de sendos recitales memorables en Vorterix, y tras ese amague de reencuentro en octubre pasado, la artista estadounidense regresa al país como uno de los actos más esperados y atractivos de la segunda jornada de Lollapalooza. “El show será muy divertido, muy rock and roll”, describe. “Ahora mismo lo estamos ensayando y se siente emocionante”. Así que habrá que esperar hasta las 18 del sábado, en el escenario Alternative, para poder disfrutar de semejante arenga. Si bien su debut porteño sucedió como parte de la gira de su disco Heart to Mouth (2018), sucesor del descomunal Lost on You (2916), LP viene de la mano del reciente Churches. “Siento que fue una bendición poder tener listo ese disco para presentarlo”, comparte. “Pude sacarme de encima todas esas cosas personales que se acrecentaron con la pandemia”.

Y es que ciertamente se trata de un disco desgarrador. “Imaginate decirle adiós a tu ser querido por FaceTime porque no te permitían entrar en un hospital. Hubo niños y niñas que nacieron sin saber quiénes son sus padres. Cuando te enterás de eso decís: ‘Wow’. Esa expresión fue lo único que me venía a la cabeza con esas historias”, revela. “Las sentí como propias”. Luego de que la música se detuviera, al menos en los escenarios, LP sintió que ese salvajismo que atravesaba el mundo debía servir para algo. “Si bien fue inspirador, lo tributé de la forma más aburrida. Aunque me parecía que también era la más respetuosa. Ahora que esos sentimientos y emociones los pude convertir en canciones y compartirlas con ustedes, me siento un poquito mejor. Espero que mucha gente no haya sentido que el disco fue aburrido. Entiendo que ya hay gente no quiere saber nada más de la pandemia”.

-¿Qué cambió en vos tras ese exorcismo emocional?

-Mi nivel de empatía aumentó. Estoy como para tener amigos en todo el mundo, a pesar de que la guerra se esté convirtiendo en otra calamidad. Algunos siguieron con sus vidas, pero otros quedaron afectados. Yo acompaño a esa gente con estas canciones. Lo que quiero decirles es que no están solos.

-A diferencia de tus otros discos, ¿cómo fue la preparación de este sexto trabajo de estudio?

-Estuve bajo mucha presión. Quería transmitir tantas emociones… Escribí desde el corazón y luego junté todo eso. Si las canciones ya no logran tener el mismo impacto que antes debe ser porque ya no se componen desde el corazón. Ahora alguien hace un tema y simplemente piensa en eso: "tengo listo un tema". Cuando canto estas canciones, todavía pienso en esas personas que las inspiraron.

-El tema que le da título al disco surgió luego de que en una iglesia rusa no te dejaran entrar por no cubrirte la cabeza. ¿Cómo cabe esto en el concepto que atraviesa al disco?

-A la iglesia la veo como el lugar que sentimos que es sagrado en nosotros. Y eso no debería ser cuestionado por nadie. La podemos llevar incluso dentro de cada uno. En contraste con esa situación de la que hablás, la iglesia debería darle la bienvenida a todo el que quiera entrar.

-De entre las canciones del álbum, destaca “Yes”. Si bien está basada en John Lennon y Yoko Ono, ¿qué fue lo que la inspiró?

-Cuando escucho sobre Yoko, siempre es en el momento en que ella está instalada como artista en Londres. Él fue a una muestra suya, donde tenía una instalación en la que estaban una escalera y una lupa. Al tomarla, y subir, en el techo había un pequeño punto que decía: “Yes”. Ese fue el inicio del amor entre ambos. Y me parece genial que haya sido gracias a una palabra tan positiva como esa. Era agradecer en inglés por esta bienvenida. Es de lo más revolucionario que conozco.

-Al ser tu disco con más canciones, pudiste explayarte en diferentes géneros musicales.

-Pueden decir que hago esto o lo otro, pero a mí música la considero rock. Mi actitud es rockera.

-Tomando en cuenta el miedo que generó la pandemia, ¿cómo fue tu vuelta a los escenarios?

-Luego de que cancelaran mi última gira, pensé que no iba a volver a viajar. Apareció nuevamente la oportunidad y se pospuso una vez más. Así que recién empecé a salir. De a poco, me voy adaptando. Mis padres no están vivos, entonces no vivo con el temor de contagiarlos. No sé aún qué decirte...