Las apariciones de Leonardo Da Vinci en el terreno audiovisual fueron escasas en comparación con la trascendencia de su figura. Una escenita perdida en El halcón está suelto (Michael Lehmann; 1991) que lo mostraba como alquimista; la parodia de La loca historia del mundo (Mel Brooks; 1981) cuando Jesús y sus apóstoles lo convocan para un retrato; su firma y misterio en El Código Da Vinci (Ron Howard; 2006), y no mucho más. Las tres temporadas de Da Vinci’s Demons tuvieron al hombre clave del Renacimiento como protagonista. Leonardo (domingos a las 22 por AMC, también disponible en Flow) se suma a ese registro donde manda el desborde creativo más allá de lo concebible.

“La mayor obra de Leonardo Da Vinci nunca fue encontrada. Hasta ahora”. Con ese anuncio se inicia esta superproducción europea (Rai, RTVE y France TV) creada por Frank Spotnitz (The X Files y The Man In The High Castle) y Steve Thompson (Doctor Who y Sherlock) ¿Cuál es esa pieza a la que se hace referencia? No parecería ser “La última cena”, “La Mona Lisa” o alguna de sus invenciones en el terreno de la aviación o arquitectura, sino que se acerca a otro arte: el homicidio. ¿Da Vinci autor del crimen perfecto? Aquí el protagonista (Aidan Turner de Poldark) es acusado de envenenar a la cortesana Caterina de Cremona (Matilda De Angelis). Un oficial del Ducado de Milán (Freddie Highmore de The Good Doctor) será el responsable de echar luz sobre esa muerte. La investigación detectivesca será el puntapié para indagar en el pasado de quien encarna al genio por antonomasia. Así se exploran sus años de formación en estudio de Andrea del Verrocchio (Giancarlo Giannini), su relación con mecenas de grandes apellidos, amores y el martirio que encerraba su búsqueda por la perfección.

“Todo genio esconde un enigma”, dice Spotnitz entrevistado por Página/12. Para el realizador, en pos de explorar y dar una respuesta a su figura, la mejor herramienta posible la de abrirse paso entre realidad y ficción. “No se puede explicar la genialidad. Así que nos preocupamos mucho por no reducirlo a un solo plano. Ok, era un genio porque su padre no lo amaba, o porque era gay. No. Era un genio. Esas eran otros aspectos de su vida. La genialidad en sí es inexplicable, es un don, nadie sabe bien de donde proviene. Y en ese contexto en particular, todo lo que busca Leonardo se aplica en su viaje es una búsqueda por la verdad. La verdad para él era belleza, la belleza de Dios, el amor. La verdad definitiva de este relato tiene que ver con eso que todas las personas pretenden comprender”, señala el máximo artífice de Leonardo.

-¿Por qué la decisión de incluir dentro de la trama lo relativo al homicidio de una de sus musas?

-Es interesante porque en el comienzo el asesinato misterioso no estaba en nuestros planes, para nada. Era simplemente sobre el amor, platónico podría decirse, entre Leonardo y Caterina de Cremona, quien sabemos que fue una persona real, aunque no sepamos mucho de ella. Empezamos a imaginar lo que pudo haber sido su relación con Leonardo, pero sentimos que eso no iba a ser lo suficiente para atraer a la audiencia, especialmente a las más jóvenes. Realmente queríamos llegar a ese público para que se sintieran interesadas por Leonardo y su obra. Así que decidimos crear esta pieza ficticia, un whodunit que apunta a Leonardo como asesino. Eso nos permitió a que estuviera el personaje de Freddie Highmore, que es el intermediario con la audiencia. Él se acerca a Leonardo sin estar necesariamente interesado en su renombre, es alguien que quiere hacer su trabajo. Y en el transcurso de la serie se empieza a involucrar con Leonardo y a amar su trabajo. Esa fue una estrategia narrativa con cierto encanto.

-¿Fue difícil tomar esa decisión? En el sentido que Leonardo mezcla lo fáctico con la fantasía y grandes licencias históricas…

-Nos llevó un tiempo llegar a esa decisión. Una vez que la alcanzamos, nos sentimos totalmente liberados porque es cierto, la serie tiene mucho de ficción. Lo del asesinato no ocurrió, no sabemos bien quién fue La Cremona excepto con que fue una modelo que a él le interesaba. En cuanto a su labor artística, todo es bastante verídico y detallista. Y hay un montón de arte en este programa, al menos una pieza famosa por episodio; hubo mucha investigación y muy detallada sobre como creó esas obras. Eso era muy importante. Generar para la audiencia una entrada a la cabeza de Leonardo en relación a su creatividad y por qué sigue siendo relevante aun cinco siglos después. Nos sentimos muy inspirados por Leonardo y su heroísmo. Todo su incansable intelecto y curiosidad estaban determinados a comprender su época. Especialmente en el mundo actual, tan cínico y ahogado en la mala información, describir a alguien como Leonardo es muy poderoso.

-Leonardo se destaca por su estética llena sombras, humo y velas. ¿Cómo dieron con esa puesta en escena?

-Para mí era muy importante destacar los principios de su arte y trabajo. De esa manera, el público iba a comprenderlo mejor. Y la luz es una de las llaves de Leonardo: era un maestro de la luz. Explorar esto era una forma sutil y lejos de la cátedra para disfrutar lo que hacía con su viaje artístico.

-En el pasado usted hizo Los Medici. ¿Qué le interesa en particular de la era renacentista? ¿Es Leonardo una secuela de aquella otra serie?

-Me sorprendió mucho cuando me propusieron hacer ese programa porque nunca había hecho un drama de corte histórico. Lo mío era la ciencia ficción, lo sobrenatural, thriller de espionaje. Esto era un desafío completamente nuevo. Y realmente lo disfruté. Sorprendentemente, la ficción histórica tiene muchos puntos en común con narrar una historia sobrenatural, porque en ambos géneros tenés que comprender los motivos por lo que es interesante contar tu historia. ¿Cuál es el punto en una historia sobrenatural? Lo mismo pasa con un drama histórica. ¿Por qué recrear ese pasado? ¿Qué es lo relevante que tiene para decirnos sobre nuestro tiempo?

-Usted fue productor de una ucronía como The Man in the High Castle y The X-Files, que tenía esa frase inolvidable: la verdad está allá afuera. ¿Ve conexiones entre Leonardo y estas series?

-Sí, porque Leonardo tiene un montón de brechas desconocidas en su historia. Sería imposible hacer un programa solamente con la evidencia que se tiene sobre él. Tenés que darle otra clase de inyección. Tenés que responder qué es lo que Leonardo significa para vos, y qué tiene su vida para decir a la gente, cuál es el punto de la historia. Acá tenemos a un hombre que lucha denodadamente por la verdad y es alguien que fue abandonado por su padre. No tenía familia y haya una familia muy poco convencional y moderna. Sin spoilear demasiado, hay algo de sacrificio en el amor. Con The X-Files y The Man in the High Castle me pasaba algo muy parecido. ¿Por qué es interesante contar esta historia sobre monstruos y aliens? ¿Cuál es la clave en pensar a los fascistas como victoriosos en la Segunda Guerra Mundial? ¿Qué preguntas le quiero proponer a la audiencia? Eso también pasa con Leonardo.