“¿Qué es el robo de un banco en comparación con fundar uno?”. La frase inmortalizada en el imaginario popular se encuentra vigente y Argentina no es la excepción: América latina tiene el sector financiero más rentable del mundo después de África y en Argentina es particularmente superior. En el país la rentabilidad es de 5,9 por ciento sobre sus activos -es decir, los depósitos de la gente y el patrimonio de los accionistas-, más que el doble que la ganancia promedio de la región y mucho más alta que en Europa. A pesar de ser los que más ganan, es el segundo país que menos tributa en toda América Latina.

La rentabilidad extraordinaria del sector financiero argentino, que llega a quintuplicar las del resto de los países del mundo, se debe a que es altamente concentrado y monopólico: "Porque se lo permitimos. Es necesario seguir de cerca a este sector porque actúa casi imperceptiblemente y de manera impune y mezquina", asegura en diálogo con PáginaI12 el doctor en Economía Aplicada Guillermo Oglietti, quien junto con Sergio Martín Páez investigó la rentabilidad de la banca latinoamericana en el libro "La mano visible de la banca invisible".

Oglietti califica a la banca como un sector sobrevalorado cuya contribución al bienestar social, al desarrollo y al crecimiento económico en Argentina es mínimo. "El capital que invierten es mayormente de los depositantes, no de los accionistas. Tampoco toman muchos riesgos porque invierten en activos seguros y siempre que hay una crisis bancaria salen los Estados a respaldar".

"Su participación es incluso negativa", redobla Oglietti y agrega: "Uno de los grandes flagelos en América Latina y en especial en Argentina es la fuga de capitales y ese es un evento que no podría suceder sin la complicidad de la banca. Nos hiere particularmente porque hay restricciones externas, porque escasean las divisas y eso genera expectativas de devaluación e inflación, que es lo que carcome nuestros bolsillos".

Una alternativa que propone es aplicarle una mayor alícuota del Impuesto a las Ganancias. Si fuera igual que en Bolivia, donde el impuesto sobre la rentabilidad bruta llegó a 42,4 por ciento en 2019, el país podría obtener recursos adicionales equivalentes a la mitad del préstamo otorgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Venas abiertas

América Latina tiene el sector financiero más rentable del mundo después de África. Es una rentabilidad persistentemente alta, ya que utilizando el indicador del retorno sobre el activo (ROA), que es de 2,1 por ciento, duplica o triplica las rentabilidades de Estados Unidos y Canadá (0,7 por ciento) y Europa (0,9 por ciento) desde el 2005.

Es el único continente que percibe rentabilidades mayores al 2 por ciento de los activos desde 2005 y el ingrediente argentino hace subir más esta rentabilidad. Sus tasas son de 5,3 por ciento, cuadruplicando el promedio del resto de los países del mundo.

A juzgar por su rentabilidad, el sector financiero en América latina se desmarcó del destino de las economías nacionales y no funciona como termómetro de la economía real. Durante 2020, mientras el PIB nacional caía casi 10 por ciento en el peor momento social y económico de la pandemia, la banca argentina ganaba 4.400 millones de dólares, 1,1 por ciento del PIB. "Es una rentabilidad absolutamente alocada. No puede ser que en ese entorno donde todos sufrían ellos pudieran tener semejante independencia", asegura Oglietti.

A diferencia de Argentina, los beneficios del sector financiero europeo fueron de 0,1 por ciento en 2020- prácticamente nulos-. En España el sistema bancario general tuvo pérdidas, a excepción de dos bancos: el Santander y el BBVA, gracias a las ganancias extraordinarias de sus filiales latinoamericanas, que les permitieron compensar las pérdidas. "La banca se ha convertido en un nuevo capítulo de las ‘venas abiertasʼ de Galeano", resume el ex vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, en el prólogo del libro para referirse al sistema de extracción de riqueza de América Latina.

¿Quién pierde?

La banca cuenta con tres fuentes principales de rentabilidad: el diferencial de tasas de interés entre lo que le pagan a un depositante y lo que le cobran a un prestatario; las comisiones bancarias por servicios de intermediación financiera, y los resultados de "timbear", es decir las ganancias por actividades especulativas como operaciones financieras o de cambio.

Argentina y Brasil se destacan porque la mayor fuente de beneficios son las actividades especulativas en el mercado de valores y cambios, que explican la mitad de sus ingresos y aportan 4,6 por ciento de rentabilidad sobre activos en Brasil y 5,9 por ciento en Argentina.

La mayoría de los países tienen como principal fuente de rentabilidad al margen de interés, generando beneficios equivalentes al 4,3 por ciento de sus activos. Asimismo, los mayores márgenes de intereses los tienen Perú y Argentina, que generan beneficios equivalentes al 6 por ciento del activo.

"Todo lo que gana de más ese sector es lo que gana de menos la familia cuando tiene que pagar su crédito bancario, el empresario cuando tiene que pagar altas comisiones. Los beneficios extraordinarios de la banca son pérdidas extraordinarias del resto de la sociedad que tiene dificultad para invertir, sacar créditos, acceder a la vivienda. Todas las actividades se ven perjudicadas por este sector que es transversal a todas las actividades incluyendo, por supuesto, al Estado".

Impuestos

Una característica común en el sector financiero latinoamericano es la presencia de bancos extranjeros. Cada año la banca extranjera se lleva del continente 25 mil millones de dólares, similar a la producción de Bolivia. "Nos debilita aún más, porque la rentabilidad extraordinaria de la banca extranjera se va fuera del país", aclara Oglietti. Brasil, por ejemplo, cuenta con poca banca extranjera y eso hace que la ganancias extraordinarias "queden en Brasil y el dinero recircula, se vuelve más productivo. Cuando la banca extranjera se lleva el dinero se filtra".

De acuerdo al cálculo realizado por la Celag y exhibido en el libro de Oglietti, la recaudación del impuesto a las utilidades de las empresas en relación con sus rentabilidades fue de 42,4 por ciento en 2019. En Argentina fue de 15,7 por ciento, y supera únicamente a Paraguay como ente recaudador de utilidades de las empresas en la región. Por eso, Oglietti recomienda establecer un impuesto extraordinario a este sector con ganancias extraordinarias.

- ¿Qué se puede hacer para que el sector aporte más a la sociedad?

- "El sector financiero tiene que pagar y puede pagar. Argentina es el país con mayor rentabilidad de América latina y a su vez es casi el que menos paga de impuestos después de Paraguay. La banca que más paga impuestos es la boliviana y sigue funcionando bien. El 42 por ciento de los ingresos del sector financiero boliviano van para el Estado a financiar la creación de la banca pública, por ejemplo.

Para eso, realiza una cuenta simple: "Si Argentina le cobrara al sector bancario lo mismo que le cobra Bolivia de impuestos generaría ingresos equivalentes de casi 2 mil millones de dólares adicionales anuales. En una década, que es lo que va a durar el nuevo acuerdo con el FMI, podríamos lograr que la banca pague el 50 por ciento de la deuda. Por acá tenemos que ir", sentencia.