Rusia se comprometió este martes a reducir la actividad militar en torno a Kiev luego de las "significativas" conversaciones mantenidas con Ucrania en Estambul, aunque Estados Unidos y otras potencias occidentales pusieron en duda la "seriedad" de Moscú en esas negociaciones. Según anunció la delegación ucraniana, Kiev está dispuesta a renunciar formalmente a buscar el ingreso en la OTAN, si a cambio recibe garantías firmes de un grupo de diez países, entre ellos los cinco miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de protección contra toda agresión militar. 

Los combates en terreno ucraniano ya obligaron a más de diez millones de personas a abandonar sus hogares y, según el presidente Volodimir Zelenski, dejaron al menos 20 mil muertos. Al menos nueve personas murieron y 28 resultaron heridas este martes en un ataque ruso que destruyó parcialmente la sede del gobierno regional en Mikolaiv, una ciudad cercana a Odessa, según un balance de la fiscalía general ucraniana.

El conflicto Rusia - Ucrania, minuto a minuto

Esperanza de desescalada

El jefe de la delegación rusa, Vladimir Medinski, aseguró que las negociaciones fueron "significativas" aunque aclaró que la decisión rusa no significa un alto el fuego. "No es un alto el fuego, sino nuestra intención de alcanzar gradualmente una desescalada del conflicto, al menos en estas zonas", explicó en declaraciones a la cadena rusa de noticias RT.

Sobre los términos de la negociación, Medinski señaló que Kiev renuncia a intentar recuperar Crimea y la región separatista del Donbass por la vía militar, versión que hasta ahora no fue confirmada por fuentes ucranianas. Por su parte, el negociador ucraniano David Arajamia presentó un detallado conjunto de propuestas con vistas a firmar un acuerdo de paz en virtud del cual su país renunciará a ingresar a la OTAN y permanecerá neutral tal como exige Moscú

Arajamia reiteró que Ucrania quiere que varios países, entre ellos la propia Rusia, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Turquía y Polonia, sean garantes del acuerdo de paz definitivo, que los obligará a prestar ayuda militar a Ucrania en caso de un ataque exterior, luego de un máximo de tres días de consultas.

Las esperadas negociaciones entre la delegación rusa y la ucraniana empezaron el martes temprano en Estambul, con un pedido del presidente turco Recep Tayyip Erdogan a que "pongan fin a la tragedia". Aunque se había anunciado una ronda de dos días de negociaciones, los avances alcanzados este martes permitieron concluir las conversaciones el primer día, por lo que no habrá reunión el miércoles

Turquía, que comparte costas en el mar Negro con los dos países beligerantes, viene realizando gestiones desde el inicio de la crisis para mantener vínculos fluidos con las dos partes y se ha esforzado para mediar en el conflicto.

Escepticismo occidental

Los anuncios de la negociación, especialmente los de la parte rusa, fueron recibidos con escepticismo y recelo por las potencias occidentales, que tras la invasión impusieron un arsenal de sanciones económicas a Moscú. En una conversación telefónica, los presidentes y jefes de gobierno de Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia urgieron a sus aliados a no bajar la guardia.

Boris Johnson, Joe Biden, Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Mario Draghi "afirmaron su determinación de continuar elevando los costos para Rusia por sus brutales ataques en Ucrania, así como de continuar brindando a Ucrania asistencia en materia de seguridad para defenderse", indicó un comunicado conjunto de esos países. "Veremos si los rusos cumplen", declaró Biden a periodistas.

El Pentágono indicó que algunos contingentes rusos "parecen estar alejándose de Kiev", sin que eso pueda llamarse "un retroceso o una retirada". "No he visto nada que sugiera que se esté avanzando de manera efectiva, porque no hemos visto señales de una seriedad real" por parte de Rusia, dijo el secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, en una conferencia de prensa en Marruecos.

Desescalada militar en Kiev

Al margen del anuncio de una hoja de ruta hacia un posible acuerdo, el resultado más concreto sobre el campo de batalla fue el anuncio de la delegación rusa de que sus tropas reducirán su presión militar sobre Kiev y otras ciudades en Ucrania. Apenas concluidas las conversaciones, celebradas en un anexo del histórico palacio de Dolmabahçé, a orillas del Bósforo, Moscú anunció que aliviaría drásticamente su acoso sobre la capital ucraniana y la asediada ciudad septentrional de Chernigov.

Sin embargo el camino aún puede ser largo, porque la decena de países mencionada por el ucraniano Arajamia aún deben aceptar formalmente el papel de garantes y Kiev debe someter a un referéndum popular los acuerdos firmados, para que puedan pasar a formar parte de la Constitución. El negociador jefe de Ucrania insistió que esa consulta solo podrá celebrarse tras la retirada completa de las tropas rusas, ya que un acuerdo firmado bajo presión es inválido bajo la legislación internacional.

Nueve muertos en ataque en Mikolaiv

En Ucrania, los combates continúan en muchas regiones. El gobierno anunció que nueve personas murieron por un bombardeo ruso contra un edificio del gobierno regional en Mikolaiv, una ciudad portuaria del sur. "Según la investigación, las fuerzas armadas rusas lanzaron un ataque con misiles" contra este edificio y "actualmente se registran nueve muertos y 28 heridos", anunció el servicio de prensa de la fiscal general Iryna Venediktova. 

No se atacó ningún objetivo militar, "los habitantes de Mikolaiv no representaban ninguna amenaza para Rusia. Y sin embargo, como todos los ucranianos, se convirtieron en objetivo de las tropas rusas", repudió el presidente Volodimir Zelenski durante una intervención ante el Parlamento danés. La Fuerza Aérea de Ucrania, en tanto, aseguró que en las últimas 24 horas derribó 17 objetivos aéreos "enemigos", incluidos ocho aviones y tres helicópteros.

Putin y la operación humanitaria en Mariupol

Las fuerzas ucranianas contraatacan en el norte y luchan por mantener el control de la ciudad portuaria de Mariupol, en el sur. Las fuerzas rusas rodearon esa ciudad y la bombardean de manera constante e indiscriminada, dejando atrapadas a unas 160 mil personas con escasa comida, agua y medicinas.

Al menos cinco mil personas han muerto hasta ahora en Mariupol, según un alto funcionario ucraniano que estimó que el número real de víctimas podría acercarse a las diez mil. El presidente Volodimir Zelenski dijo que el asedio ruso constituía un "crimen contra la humanidad, que está ocurriendo en directo ante los ojos del mundo". 

Su par ruso, Vladimir Putin, subordinó la "solución" de la situación humanitaria en Mariupol al desarme de los grupos "nacionalistas" ucranianos, durante una conversación telefónica con su par francés, Emmanuel Macron, informó el Kremlin. Francia, que la semana pasada anunció su intención de organizar junto a Turquía y Grecia una operación humanitaria para evacuar a los civiles, estimó este martes que las condiciones para realizarla "no están reunidas por el momento".

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