Cuando parecía que se estrellaba sin remedio contra el esquema cerrado y precavido que le planteó River Plate de Montevideo en el estadio Centenario, un cabezazo de Miranda a los 45 minutos del segundo tiempo le permitió a Racing ganar 1 a 0 en su debut en la Copa Sudamericana y prolongar en el ámbito continental el buen momento que atraviesa en el torneo local.  

El River montevideano salió con muchas precauciones. Armó una línea de cinco en el fondo y cada vez que Racing manejó la pelota, paró todos sus hombres por detrás de la línea del balón. No llegó nunca al arco de Gastón Gómez. Pero cumplió su objetivo. Porque tampoco la Academia pudo traducir en llegadas su mayor posesión.

Por más que cuidó la pelota, la movió de lado a lado y nunca se apresuró, le resultó imposible a Racing resquebrajar la muralla defensiva que los uruguayos levantaron por el medio. Sólo una vez, pudo meter una cortada clara en el área: Alcaraz habilitó al lateral derecho Mura que quedó mano a mano con Ichazo y el arquero le tapó el remate. Sin cambio de ritmo, juego interno ni espacio para Chancalay y Copetti, el toque de Racing fue un ejercicio estéril, carente de peligro.  

Encima de todo, en la segunda etapa, River se animó más y de contragolpe, generó dos manos a mano que desperdiciaron Borbas (remató alto) y Sosa (tapó Gastón Gómez). Racing también tuvo sus oportunidades. Pero se topó con la seguridad del arquero uruguayo Ichazo que le sacó un derechazo a Rojas y luego, bloqueó con los pies un remate de Jonathan Gómez. Cuando el cero parecía inamovible, Fabricio Domínguez metió un centro al área uruguaya, cabeceó Miranda (que había reemplazado a Jonathan Gómez), la pelota dio en el palo izquierdo e ingresó lo suficiente como para decretar un triunfo apretado y sufrido pero también justo.