El presidente Alberto Fernández aceptó en la noche del jueves la renuncia del embajador en Israel Sergio Urribarri. Lo hizo luego que la Justicia de Entre Ríos lo condenara a 8 años de prisión por administración fraudulenta.

Urribarri había puesto a disposición su dimisión después de que se conociera la decisión de un tribunal de Juicios y Apelaciones de Entre Ríos de condenarlo a 8 años de cárcel e inhabilitación perpetua en un juicio oral y público por el desvío de fondos públicos entre 2010 y 2015, cuando era gobernador de la provincial del litoral.

El exjefe provincial expresó desde sus redes sociales que el fallo de primera instancia de es una "clara muestra de arbitrariedad, injusticia y atropello al Estado de derecho", por lo que anticipó que apelará con la "convicción de que me asiste la razón", manifestó vía Twitter.

El juicio

El Tribunal de Juicios y Apelaciones de la provincia Entre Ríos condenó a Urribarri a 8 años de prisión efectiva por "negociaciones incompatibles con la función pública, peculado e incumplimiento de los deberes de funcionario público" cometidos durante su gestión, entre 2007 y 2015.

La determinación fue tomada por los jueces José María Chemez, Carolina Castagno y Elvio Garzón, quienes además le aplicaron al exmandatario provincial una inhabilitación absoluta perpetua para ejercer cargos públicos, y una multa de 180.000 pesos.

Los magistrados consideraron que se "echó mano a fondos" provinciales para un "interés netamente particular", en referencia a una "campaña para posicionar la imagen de Urribarri como candidato a presidente" en las elecciones de 2015. Contrataciones de empresas para publicaciones de solicitadas, para la instalación de un parador playero en Mar del Plata, para difundir spots de promoción de la Cumbre del Mercosur realizada en Paraná en 2014, y para publicidad callejera y en diarios y revistas son algunos de los principales casos en los que la fiscalía investigó presuntos desvíos de fondos.