En nueve provincias ya hay más trabajadores de la economía popular que empleo privado, según los últimos datos del Registro Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular (Renatep). Se trata de un proceso que se profundizó en los últimos seis meses, pese a la recuperación económica. Una lectura posible es que por el aumento en el precio de los alimentos está siendo muy alta la cantidad de personas que, sin encontrar un puesto en el sector privado, están saliendo a generarse ingresos como pueden, trabajando por cuenta propia y en actividades informales.

En agosto de 2021, la cantidad de provincias donde se registraba esta situación llegaba a siete, dos menos que hoy.

Formosa, Santiago del Estero, Chaco, Jujuy, Salta, Misiones, Catamarca, Tucumán y La Rioja son los distritos donde existen más trabajadores de la economía popular que empleados privados.

“Los datos del Renatep muestran que el modo de producción liderado por trabajadores que autogestionan su emprendimiento de manera individual o colectiva ya es dominante como forma de trabajo no estatal, al menos en nueve provincias de la Argentina”, señaló a Página/12 Pablo Chena. El director de Economía Social y Desarrollo Local agregó que el sector necesita ser impulsado no sólo porque es la forma en que millones de argentinos excluidos del mercado de trabajo formal se ganan la vida, sino “también para desconcentrar la economía y fortalecer el mercado interno que se mueve en pesos”.

Como ya se había visto en el corte realizado el año pasado, la foto actual del Renatep muestra que las mujeres siguen liderando la economía popular, con casi el 58 por ciento de las inscripciones.

Los servicios personales y oficios (peluquería, manicuría, jardineros, servicios de limpieza, electricidad, pintura) y los trabajos sociocomunitarios (comedores populares, agentes de salud barriales) concentran el 62,4 por ciento de las ocupaciones. Y en estos días desde el Ministerio de Desarrollo Social hay una propuesta de poner herramientas e insumos para la creación de pequeñas unidades productivas en el rubro de alimentos, como huertas, panaderías y rotiserías.

Sonia Lombardo, directora del Renatep, planteó que es clave que el Estado "acompañe" la producción de la economía popular de tal manera de legitimarla. "Sus trabajadores no sólo necesitan herramientas y maquinarias sino procesos que los acompañen para certificar la calidad de lo que elaboran; no es sólo propaganda lo que se necesita sino también acceso a registros y certificados que, con el tiempo, permitan aumentar su comercialización". De esta manera, añadió, "también se transformará algo del orden simbólico y cultural".

El Renatep fue abierto en 2020 y es un registro oficial, realizado por el Estado. Anotarse es voluntario; el proceso está siendo impulsado por los movimientos populares, como parte de su lucha por hacer visible al sector. En febrero pasado el número de inscriptos superó los tres millones de trabajadores.

La principal característica laboral de los que se anotan es que no cobran un sueldo, porque no tienen un patrón.

Si se considera que sólo 1,2 millón de trabajadores de la economía popular cobran un plan Potenciar, y que sólo una parte mínima de los trabajadores de la economía popular están organizados, la inscripción es alta. Pero todavía está subrepresentada, ya que en el país existen entre 7 y 8 millones de trabajadores informales