Fue trend topic hace unos días, se convirtió durante aproximadamente 15 minutos en el hombre más famoso del mundo porque llegó a primero entre las segundas. Conclusión, es muy probable que el mundo hoy lo haya olvidado. Refresquemos entonces: una fotografía oficial de la OTAN registró el momento en que el primer hombre puso un pie en la luna de las primeras damas. El marido del primer ministro de Luxemburgo, Gauthier Destenay, posó sin que nadie lo sacara de una oreja junto a “las demás esposas” de líderes reunidos en la cumbre provocando picos de autocomplacencia mundial ante una tolerancia que crece, una normalidad que se expande, un patriarcado igualitario. Bello, blanco y arquitecto, la primera dama que no es dama –¿el damo?, ¿el primer domado?– tiene de rosa para empezar, su Luxemburgo adquirido via matrimonial ya que nació en Bélgica. Además, por una letra no es tocayo del modisto francés Jean Paul Gaultier, el de los frascos de perfume con forma de torso humano -no busto- que se corta recién bajo el bulto o el no bulto según a quién vaya dirigida la fragancia. 

Una persona identificable dentro de la comunidad lgbttiq se vuelve “el primero” en disfrutar de algo que le era ominosamente negado hasta hace ayer y es noticia. En los últimos años la prensa se regodea en el encuentro de cada primero. Que sonría, que agradezca, que sea ejemplo. En esta inercia mediáticadel  primereo o el primerismo, se corre el riesgo a veces de estar llegando en punta a lugares de donde lo mejor sería salir cuanto antes. Y última pregunta: ¿hasta qué punto la noticia tan festejada del primero que se saca la foto, no deja habilitada una pausa bien larga y sorda para tantx otrxs que con las mismas leyes vigentes –cupo trans, por estos lares por ejemplo– siguen recibiendo el “vos no te peines que no salís en la estampita?”

Gauthier Destenay cumple, como mínimo, por triplicado con esta proeza que empieza a sonar a chiste viejo: su marido, Xavier Bettel, es el primer mandatario abiertamente gay de su país, el primer dirigente de la Unión Europea casado con una persona del mismo sexo, y esa persona es la primera que sale en la foto oficial entre primeras damas, dos de las cuales son las primeras que se sacan una foto oficial con una persona que en su país tendría prohibido casarse con otra del mismo sexo- la esposa del presidente de Turquía y la señora de Bulgaria. 

La ley de matrimono universal abrió horizontes de vida, no solo para lo que (por fuera del romanticismo) se argumentaba –jubilaciones, herencias, obras sociales– sino para convertir en legal (en el sentido portugués) vidas y personas. Cumplió su cometido. ¿Para qué pedirle más? Celebrar esta foto es darle al matrimonio todo lo que el matrimonio quita. El matrimonio da primeras damas, sumisión de las mujeres, la familia dentro de la ley como único lazo posible y aceptable. Este señor no es “un primer caballero” como traduce la versión políticamente correcta, el primero es su marido. Es un segundo caballero, definición que deja al descubierto el lugar que representan las primeras damas (de compañía), fundamentales a la hora de mover la balanza en las campañas electorales ensayando besos, miradas y hasta alguna fuerte postura política frente a cuestiones humanitarias. ¿Qué es ser primera dama sino la personificación de un especie de nepotismo de segunda en la que las señoras de mandatarios cumplen con todos los requisitos - no tener nada que hacer o abandonar lo que hacían. ¿Eva Perón fue alguna vez una primera dama? La famosa fórmula de “matrimonio igualitario” con la que se le quiso borrar autonomía pero nunca responsabilidad al gobierno de Cristina Kirchner, ¿admitió primeras damas y damos? De haber ganado Hillary, ¿se habría sacado foto Bill Clinton entre estas señoras? El mundo festeja y dice qué bueno, ya no importa el sexo para ser primera dama. Pero no dice que hay que ser solo esposa. Entonces, primera dama, las pelotas. 

La figura ante la discusion sobre si para ser primera dama debe primar el sexo, la respuesta es no. Pero teniendo en cuenta que lo que debe primar es la situación matrimonial, de consorte, la verdad, primera dama, las pelotas.