En abril se cumplieron diez años desde que Facebook compró Instagram, una de las redes sociales que pertenece a Meta y que actualmente se ubica en el quinto lugar entre las de mayor cantidad de usuarios.

En abril de 2012, cuando se realizó la compra, la aplicación dedicada a compartir fotos, contaba con menos de dos años de vida, unos 25 millones de usuarios, 13 empleados (además de sus fundadores Mike Krieger y Kevin Systrom) y ninguna fuente de ingresos más allá de los inversionistas. De hecho, un mes antes de la compra, los creadores de Instagram consiguieron 500 millones de dólares en una ronda de inversión y aseguraron que no tenían planes de vender.

Cuando apareció la oferta de Facebook por 1000 millones de dólares decidieron aceptarla. Una de las razones es que parte del pago sería en acciones de esa red social que estaba por salir a la bolsa y, todo indicaba, valdrían mucho más en poco tiempo. Por otro lado, la venta permitiría no temer al poder de la principal red de aquel entonces. Es más, podrían apoyarse en su enorme infraestructura. Por último los fundadores confiaron en la promesa de Mark Zuckerberg de que mantendrían su autonomía para tomar decisiones.

A fin de ese año, Instagram había cuadruplicado la cantidad de usuarios e iniciaba así una carrera de crecimiento acelerado.

Mucho dinero

Por parte de Facebook, la principal razón para comprar Instagram era que crecía el uso de redes sociales en los celulares inteligentes. Instagram había nacido para usuarios de iPhone y poco antes había sacado una versión para Android. En cambio, Facebook estaba luchando por dar el salto y no quería dar más tiempo a sus competidores. 

Por otro lado, la red social del pulgar azul necesitaba diversificarse y llegar a un público más joven que ya no se interesaba tanto por la red en la que estaban sus padres. Zuckerberg también temía el crecimiento de Twitter y del (fallido) Google+ y necesitaba distribuir los intereses de la firma en varias canastas, algo que venían haciendo las corporaciones tecnológicas con creciente frecuencia.

El desarrollo de Instagram a partir de ese momento fue meteórico, demostrando que el dinero, la tecnología y los datos son un esteroide para estas corporaciones, sobre todo si entran en un nicho en explosión como el de las fotografías: a fines de 2012 llegó a los 100 millones de usuarios. 

En 2013 comenzó a mostrar publicidades en imágenes y en 2014 en videos y así comenzó a generar ingresos. Ya en 2016, cuando lanzó las stories para competir con Snapchat (empresa que había rechazado una oferta de Facebook por 3000 millones de dólares), alcanzó los 600 millones de usuarios mensuales y en 2021 superó los 2000 millones.

En 2018 los fundadores se fueron de la empresa sin dar demasiadas explicaciones.

¿Podrá Instagram salvar a Meta?

El último reporte del balance trimestral de Meta informó el primer descenso en cantidad de usuarios diarios de la historia de Facebook. El impacto fue una fuerte caída de 27 por ciento en el precio de las acciones que siguió profundizándose en los días siguientes y aún oscila en un retroceso de 32 por ciento antes de la debacle.

¿Puede Instagram cubrir las pérdidas de Facebook? Es difícil saberlo porque los reportes del balance de Meta sólo brindan la cantidad de usuarios de Facebook individualmente o de la familia de aplicaciones en su conjunto que las incluye a ambas, además de a Whatsapp, Messenger y "otros servicios".

Lo mismo ocurre con los ingresos de la empresa. Algunos analistas aseguran que en 2020 instagram alcanzó los 24.000 millones de dólares en ingresos, un 37 por ciento del total de toda la familia de aplicaciones y que ese número sigue creciendo. Más difícil resulta saber cuánto de esa tendencia se debe a la caída de Facebook y cuánto al crecimiento de Instagram.

Una de las apuestas es apostar con más fuerza a los videos breves de fuentes variadas, de apenas unos pocos segundos, seleccionados específicamente para el usuario a la manera en que lo hace TikTok, la red social china que Zuckerberg señaló como una de las responsable en la pérdida de usuarios. Cualquier que haya probado eso videos en algún momento de relajación y haya "entrenado" al algoritmo para hacerle conocer sus gustos, debe haber notado cómo el tiempo pasa casi sin notarlo. Instagram está apostando similar. 

La gran innovación de TikTok que la hace tan exitosa es que el algoritmo da más importancia a cuántos segundos se queda el usuario en un video determinado aunque no lo comente, comparta o "likee". Puede parecer algo menor, pero en su momento el despegue de Facebook se sustentó en el impacto que tuvo el botón del “like” y el interés que despertó y que algunos consideraron nocivo, incluido su creador.

Instagram estaría así yendo en sentido contrario al pedido del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien decía: “Debemos hacer responsables a las redes sociales por el experimento que están conduciendo en nuestros hijos para obtener ganancias”.