Como en un partido de fútbol en el que se logra el gol del empate en tiempo de descuento, la dirigencia del Club Unión Huaytiquina de Campo Quijano, conseguió parte de los fondos necesarios para pagar la deuda por intereses que reclamaba el abogado Ramiro Ulivarri y así logró suspender la subasta el mismo día que estaba dispuesta por la justicia. 

El predio del Club, que tiene más de 100 años y nació apenas unos meses más tarde que el mismo pueblo, debía ser subastado el viernes último. Sin embargo, la jueza de primera instancia en lo Civil y Comercial María Guadalupe Villagrán accedió a último momento a convocar de oficio a una audiencia de conciliación entre las partes, en la que los representantes del Club prometieron pagar a Ulivarri los $3.200.000 en concepto de intereses que exige por una deuda que tiene ya más de 10 años, y que se generó cuando dos facciones en pugna por la presidencia de la institución llegaron a la Justicia para dirimir sus diferencias.

Rodrigo Palazzo, abogado defensor del Club, explicó que nunca coincidieron con el abogado demandante en la suma que para él se le adeudaba por intereses, “era una suma exorbitante y nos parecía que había irregularidades procesales”, por lo que habían decidido pagar lo adeudado y pidieron que se realice correctamente la planilla de intereses “porque entendíamos que nunca podían arrojar lo que él pretendía”. Para ellos, era el monto por este concepto llegaba a $1.400.000 y no los más de $3 millones.

Palazzo aclaró luego que, a su entender, la decisión del juzgado de llamar a la subasta fue apresurada debido a que la institución ya había dejado en claro su voluntad de pago “por una deuda heredada” entre partes que ya no dirigían al Club desde hace años.

Finalmente, tras la decisión de la jueza de avanzar con la subasta y el movimiento que se generó al conocerse la noticia, Palazzo relató que fue el intendente Carlos Folloni el que intercedió ante las autoridades provinciales para que acerquen una ayuda dineraria y se pueda resolver el problema. Así, el gobierno asumió prácticamente la mitad de la deuda por los intereses reclamados ($1.500.000), mientras el Club reunirá lo restante a través de un acuerdo al que arribó con las partes que comenzaron el juicio en 2008 y culminó en 2015.

Aunque el abogado defensor aclaró que “es una suspensión” de la subasta, debido a que la contienda seguirá, en parte porque es el mismo Club el que sostiene que el reclamo es injustificado y abusivo contra una entidad con fines sociales que alberga a cientos de niños y jóvenes de esa localidad cotidianamente. Para Palazzo, entre lo que se le pagó anteriormente como reconocimiento a los servicios prestados y el millón y medio de pesos que ya le depositó el gobierno de la provincia, Ulivarri se debería dar por satisfecho, “pero yo no estoy en los zapatos de la otra parte para saber cuál será la actitud que adopte”, aclaró. 

El defensor agregó que instituciones como las que representa, “con escasos recursos y que no tienen ingresos genuinos que les permitan afrontar este tipo de situaciones”, siempre se encuentran al borde de desaparecer, “seguramente viviremos más situaciones como estas y se necesita de dirigentes con voluntad para defender el Club como la de la actual presidenta, Liliana López”.

Por último, el abogado aclaró que no cobrará honorarios por los servicios prestados ya que había sido encomendado por el intendente local para realizar la defensa.

La historia del conflicto

El Club Huaytiquina, que nació apenas tres meses después de la fundación de la localidad, el 12 de octubre de 1921, cuando Campo Quijano se fundó el 9 de julio de ese mismo año, estaba por ser subastado por la justicia debido a la demanda que realizó el abogado Ramiro Ulivarri, exigiendo el pago de intereses por una deuda adquirida por conflicto entre dirigentes de antiguas gestiones.

El abogado fue contratado por una de las partes en conflicto en 2008, y le debían honorarios por algo más de un millón de pesos. Pero a la hora de abonarlos, solicitó un resarcimiento por los intereses, que según él, se estimaban en más de $3 millones por el tiempo transcurrido.