Ayer terminó la instancia de declaraciones de testigos y la presentación de pruebas en el juicio por jurados contra Fernando Farré, autor del femicidio de su esposa, Claudia Schaefer, ocurrido en 2015. Durante la jornada se presentaron ante el Tribunal Oral Criminal 2 de San Isidro un psiquiatra forense y una psicóloga, presentados por la defensa de Farré; ambos argumentaron que el femicida es inimputable ya que no comprendía lo que hacía al momento del crimen. Estos testimonios se contraponen con los brindados el jueves por parte de dos psiquiatras de la Asesoría Pericial de San Isidro, quienes habían llegado a la conclusión de que “la conducta homicida respondió a una etapa reflexiva por parte del victimario y reconoce un ánimo preexistente de malestar, ira, celos o resentimiento que actuó persistentemente sobre su personalidad y que culminó en la descarga motora delictiva”. En diálogo con PáginaI12, el abogado querellante, Jorge Alberto Sandro, opinó que los peritos que defendieron la inimputabilidad de Farré “fueron muy oscuros, ambiguos y bastante vacilantes”. El próximo lunes se realizarán los alegatos de la fiscalía y de las partes, y el martes empezarán a deliberar los doce jurados, que ese mismo día podrían dar el veredicto, según estimó el abogado.

El psiquiatra forense Enrique De Rosa Alabaster abrió ayer la quinta y última jornada de declaraciones. En su exposición, dada como perito de parte, consideró que Farré “con su capacidad intelectual no puede cometer un crimen de esa torpeza”, lo cual demuestra que “estaba disociado por su estructura narcisista”. A partir de las entrevistas que había mantenido con el acusado, De Rosa explicó que “presentaba una patología traumática pero no psicótica. No es un loco ni un retrasado mental, sino que se habría encontrado en un estado mental que no le permitía comprender la naturaleza del hecho”, y agregó que tenía una “despersonalización que lo hacía no percibir la realidad ni a sí mismo”. El psiquiatra indicó, como ejemplo, que en una entrevista el acusado le había dicho que en el momento previa a cometer el femicidio vio a su mujer con “una figura cambiada”, con “un tamaño diferente”.

En la misma línea, la psicóloga Karina Levchuk apuntó también a la inimputabilidad del acusado, al advertir que “es un irregulado emocional” y que “se podría haber matado tranquilamente, estaba preso de la ira”. “Que se quedara en el lugar (del crimen) indica que no quiso huir, estaba en un trance hipnótico de anestesia emocional”, afirmó la psicóloga, quien también entrevistó a Farré.

La voz disonante de la jornada fue la de la psicóloga Ana María Rothman, que atendió a la pareja entre marzo y julio de 2015. Rothman explicó que Schaefer le había dicho que “un futuro con Farré era imposible y que sentía mucho malestar”, mientras que él “quería recomponer la relación”. La profesional, además, subrayó que la pareja había llegado al consultorio “con problemas en la relación y de convivencia”.

Terminada audiencia, el abogado de la defensa, Adrián Tenca, respaldó lo dicho por el psiquiatra De Rosa Alabaster y la psicóloga Levchunh, y señaló que Farré “este trauma lo ha venido acumulando por distintas circunstancias a través de bastante tiempo atrás antes del hecho”, y que “por determinadas circunstancias, que pueden ser de ese momento o anteriores, hizo eclosión ese día y se disoció de la realidad”. Por su parte, el querellante Sandro dijo en conversación con este diario que los peritos que declararon ayer “hablaron en términos muy generales y teóricos, pero no refirieron a lo concreto del caso. Es decir, no desarrollaron las cuestiones que pueden justificar la inimputabilidad”. “Hubo grandes contradicciones entre De Rosa y la psicóloga. De Rosa dijo claramente que el comportamiento de Farré no respondía a una estructura psicótica, mientras que Levchunh afirmó lo contrario, que sí era psicótico”, añadió. Para Sandro, las psiquiatras que expusieron el jueves “fueron mucho más contundentes”.