"La idea surgió viendo un partido con Miguel Franchi, entre Central Córdoba y Argentino de Quilmes, más precisamente cuando cae uno de los jugadores de Argentino y aparecen dos camilleros de Córdoba. Al verlos no podíamos creer lo personajes que eran", dice el actor y director Severo Callaci a Rosario/12 con motivo del estreno de Los Camilleros, obra creada por el Grupo Línea de Tres, interpretada por Luciano Temperini y Lautaro Lamas, que puede verse a partir de hoy, todos los domingos a las 20 en el Cultural de Abajo (Entre Ríos 579).

En la escritura dramática esos camilleros pasaron a llamarse Roberto y Juan Fermín, pertenecientes al ignoto Club Ave Fénix, situado según los autores en algún lugar de la provincia de Santa Fe. Aquel partido que Callaci vio en su momento pasó a transformarse en esta comedia deportiva, en la previa de un partido definitivo: "Roberto y Juan Fermín han llegado primeros y se disponen con dedicación para el encuentro. Pero esa tarde no será como las otras", anuncia con cierta intriga el parte de prensa de Los Camilleros.

Callaci tenía pensado hacerle un homenaje al fútbol, según comentó a este diario, y de alguna manera esto ya se venía gestando, desde el nombre mismo de la agrupación: Línea de Tres. Esta formación teatral y casi deportiva nació a comienzos del 2011 con La Canción del Camino Viejo, una melodía interpretada en clave teatral por dos jóvenes caminantes de la legua artística: Santiago Dejesús y Severo Callaci, conducidos por un reconocido fundador de caminos que dejaron huellas en el teatro local: el actor, dramaturgo y director Miguel Franchi.

- ¿Siguen tras la línea poética de esos personajes populares como los Hermanos Taboloni de La Canción...?

- Severo Callaci: Fue muy lindo el proceso, yo le decía a Miguel Franchi que la sentía como una obra muy prima de La Canción del Camino Viejo y preguntaba si íbamos a seguir por esta línea. Se fue dando un proceso de trabajo que me enorgullece por la búsqueda tanto individual como grupal.

Al principio fueron los actores los que comenzaron a juntarse para darle vida a este proyecto, algo que Callaci destaca: "Me puso muy contento, ya que si esa es la base yo me sumo tranquilamente. Entre idas y vueltas empezamos a armar el trabajo y llegamos a fin de año con nueve escenas que mostramos a algunos amigos en Arte Fénix".

Sobre la base de la única certeza que tenían (dos personajes que trabajaban hace años en el club y que llegaban una hora antes de que empiece el partido), el elenco comenzó a trabajar dentro de los mismos lineamientos con los que se maneja Línea de Tres. "El proceso de trabajo fue muy natural, con mucho juego, una dramaturgia colectiva y colocando a los dos paisajes humanos sobre el paisaje natural", dice Callaci con esa humildad que caracteriza a uno de los más talentosos jóvenes directores de la escena rosarina.

- Una vez más a la manera de aquella emblemática pareja de Esperando a Godot, vuelven sobre una historia contada por dos personajes.

- Yo me preguntaba: ¿otra vez dos personajes en un paisaje? Hablando con Franchi llegábamos a la conclusión de que era todo lo contrario, no siento que esto sea repetirse, estamos encontrando un territorio y una identidad que nos caracteriza como creadores en el ambiente del teatro.

Esa identidad está forjada, según Línea de Tres, por autores que admiran a nivel personal, grandes narradores como Soriano, Fontanarrosa, Conti, escritores que según el director de Los Camilleros, "siempre nos han contado las mismas historias, casi con los mismos personajes".

"A nivel grupal estamos muy contentos, incluso con Miguel Franchi, que nos ayudó mucho en todo el proceso y a continuar en esta Línea de Tres que nos propone este territorio de creación alrededor de universos que nos identifican", dice Callaci, responsable, entre otros, de dos recordados trabajos: La huella de los pájaros y Aire Puro (en el viento), donde compartió dramaturgia y dirección con Lautaro Lamas.

Los Camilleros contó en los aspectos técnicos con la asistencia de dirección de Ciro Korol, la colaboración de Laura Perales en vestuario, Homero Chiavarino como autor de la música original, Adolfo Corts en diseño sonoro, Ariel Antinori en vestuario, Diego Quillici en diseño de iluminación, Luciano Sincini voz en off y Martina Lovigné como encargada de la prensa.

"Estas son las temáticas que nos identifican como grupo, el humor popular, querer hacer una obra para todos, no solamente para gente más allegada al teatro o al arte sino que insistimos con una obra para todo público. No por una cuestión de decir 'nosotros nos calzamos la bandera del teatro popular', sino porque sinceramente es algo que ya está en nuestra visión, en nuestra creación aunque no queramos", dice Severo Calacci, creador que se identifica con una concepción ideológica del arte que prioriza la mirada del espectador como protagonista de una historia compartida. Y que concluye: "Esto que se está armando en estos años es un gran territorio, un gran universo, donde las cosas que voy creando y que voy dirigiendo en diferentes planos podrían ser todas pertenecientes a un mismo pueblo".