El Trigo HB4 que permite disminuir el uso de un recurso cada vez más valioso, como es el agua, y aumentar la tolerancia a la sequía, fue aprobado este viernes por Australia, que se suma a Nueva Zelanda, China, Colombia y Brasil en el visto bueno al desarrollo argentino avalado por la empresa nacional Bioceres.

Australia es uno de los principales mercados productores y exportadores de este cereal en el mundo y uno de los países que sufrió grandes sequías recientemente, y en este contexto desde la empresa que tiene la licencia destacaron: “Hoy tenemos la inmensa alegría de anunciar que Australia aprobó el trigo HB4, tolerante al estrés hídrico. Se trata de un avance enorme, que marca la calidad, el talento y el enorme potencial de la ciencia argentina al mundo”, señalaron desde Bioceres en su cuenta de Twitter, sobre este producto desarrollado por Raquel Chan, profesora titular en la Universidad Nacional del Litoral e investigadora principal de Conicet.

Cómo fue la investigación 

Un grupo de investigación del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral, liderado por la bioquímica Chan, descubrió que un gen que está en el girasol activa un mecanismo de respuesta de las plantas al estrés por la falta de agua, y que podía ser trasladado a otras plantas, como el trigo y la soja, para que activen ese mismo mecanismo y aumentar su tolerancia a la sequía.

Chan expresó en referencia a su objetivo que “uno de los desafíos más grandes de la actualidad es alcanzar la seguridad alimentaria del mundo y estamos muy orgullosos de ser parte de la solución”.

"Este desarrollo tiene un impacto simbólico, por un lado, ya que implica tecnología argentina que se exporta al exterior, y, por otro lado, la cantidad de divisas que pueden ingresar al país", señaló la responsable del desarrollo.

Qué es la tecnología HB4

Estabilizar la producción frente a la creciente volatilidad climática es clave para la seguridad alimentaria del mundo.

Bioceres desarrolló la tecnología HB4 que confiere tolerancia al estrés hídrico a los cultivos, a través de la investigación con el girasol. Este adelanto permite tener cultivos más eficientes en el uso de agua, fijando más carbono, reduciendo las pérdidas ante eventos de déficit hídrico, y estabilizando rendimientos. Al reducir el riesgo a la baja creada por la volatilidad climática, permitirá a los productores invertir en más tecnología.

El beneficio no es solo para los productores. Reducir riesgo ofrece a la Argentina la posibilidad de mantener sus exportaciones agropecuarias en contextos climáticos desfavorables y cada vez más recurrentes. Nada mal hoy, cuando los dólares parecen faltar más que nunca, indicaron desde la empresa.

El programa Generación HB4 en trigo y soja permitirá producir cultivos más rentables para el productor, de mejor huella ambiental y seguros para su consumo.