En un contexto muy particular, que varios colectivos y trabajadores denominan como de "emergencia", el Frente de Artistas y Trabajadores de las Culturas (FAyTC) presentó su proyecto por una Ley Federal de las Culturas, surgida del consenso de la comunidad cultural y la sociedad civil tras un proceso de más de 40 foros participativos realizados en todo el país. 

El acto fue en el anexo de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación por la tarde y estuvo repleto de artistas, legisladores, periodistas y trabajadores de la cultura que escucharon con atención la propuesta de una "ley marco para la implementación de políticas públicas claras y federales", a falta de una legislación semejante a nivel nacional. El presidente de la Comisión de Cultura, el diputado Juan Cabandié, no pudo estar presente, aunque sus asesores se comprometieron a tomar el proyecto para que comience su debate parlamentario, algo que todos los presentes consideraron como "urgente".

"No hay proyecto de país soberano si primero no hay soberanía cultural ni un federalismo como razón de Estado, razón por la cual buscamos una ley que democratice y descentralice a las culturas, entendidas en plural por el respeto a la diversidad de nuestro país", afirmó el escritor, docente y gestor cultural Francisco "Tete" Romero, responsable de leer el documento que sintetizó los ocho capítulos del proyecto de ley, que busca entre sus puntos centrales reconocer a las culturas como un derecho y al Estado como su garante indelegable. 

"En este año en el que hay elecciones legislativas nosotros participamos aportando esta opinión de que la cultura puede ser un territorio de consenso", apuntó desde la mesa que compartió con Juan Manuel Correa, Neli Saporiti, Rubén de León, Juano Villafañe, Diego Galindez, Luis Sanjurjo y Carlos de Francisco, sus compañeros del FAyTC.

Entre los puntos más importantes que propone el proyecto están la creación de dos observatorios públicos de políticas culturales (que se trabajarían en conjunto con las universidades nacionales) y la fijación por ley de que el presupuesto para Cultura no sea inferior al uno por ciento del presupuesto total, tal como recomienda la Organización de las Naciones Unidas y la reglamentación del Consejo Federal de la Cultura, restituido en 2008 luego de ser disuelto por la última dictadura cívico-militar, pero aun sin función específica estipulada legalmente. El proyecto también promueve la creación de otro consejo, de carácter consultivo, que esté integrado por representantes de los trabajadores de las culturas.