Nacido en la ciudad de La Plata, Ramón Burgos, o Moncho, como todos lo conocen, se afincó desde mediados de los años 90 en la provincia de Jujuy. A sus 48 años logró editar el libro: “Fútbol y política. El club Gimnasia y Esgrima y la construcción de una identidad jujeña”, publicación que surgió de su tesis doctoral en Comunicación.

Pandemia mediante, los tiempos se aletargaron, pero finalmente la publicación, de libre acceso, se revitalizó con el lanzamiento en formato físico. Sus páginas reconstruyen y analizan la identidad jujeña a partir del equipo de fútbol más popular de la provincia.

Gimnasia: el de allá y el acá

“Cuando me recibí en 2001, de la licenciatura en comunicación, quería trabajar sobre algo que me gustara. El futbol y la política siempre fueron dos cuestiones que me apasionaron, y apareció la posibilidad de pensar el trabajo académico desde un lugar que me permitiera articular estas dos cuestiones. Rápidamente me incliné por Gimnasia, porque soy hincha de Gimnasia de La Plata, o sea, cuando llegué a Jujuy empecé a ir a ver al Gimnasia de Jujuy por una cuestión de transmisión casi natural”, comenta Burgos.

Aunque la transición entre “los dos lobos”, el platense y el jujeño, caían de maduro, Moncho aclara: “Fue por eso y por varias cosas más. Cuando llegué, en el 94, era justo un momento en que Gimnasia estaba en primera división, y había mucha efervescencia. Antes que yo me viniera conocía bastante poco de la provincia, y una de las cosas que sabía eran las repercusiones de las campañas de Gimnasia y Esgrima. Pero también, todo el momento de efervescencia política que se estaba viviendo, que en esos años era muy fuerte, y con una figura que había emergido con mucha potencia, la de el Perro Santillán como referente de una corriente sindical”.

Aquellas dos grandes referencias primarias, el futbol a través de Gimnasia, y la política a través de la figura de Santillan, sellaron una idea que, mucho tiempo después, se materializó en la obra que hoy sale a la luz.

Se forja la identidad

La idea era preguntarse y pensar cómo a partir de un club de fútbol, y todo lo que se mueve alrededor de él, pueden surgir ideas de los procesos de construcción de identidad. Esto lo movilizaba a Burgos: “Para el estudio tomo un periodo largo que va de 1975 al 2011, aunque se podría extender hasta el día de hoy. En este tiempo lo que se puede ver son las representaciones de que se fue construyendo y asentando, y que identificarían a los jujeños a partir de Gimnasia”.

Al profundizar en la investigación, Moncho Burgos reconoce puntuales mojones históricos que forjaron la identidad en cuestión. “Yo pondría dos grandes momentos en la historia del club. El primer gran hito se da en la década del 70 con la participación en los torneos nacionales. Ahí pega un salto que le permite empezar a despegarse deportiva y simbólicamente. La gran mayoría del tiempo volvía a jugar con los equipos locales, con los equipos regionales, salteños y tucumanos, pero empezaba a codearse con los equipos de Buenos Aires. Esto lo empieza a posicionar de otra manera. A su vez, logra una fuerte presencia institucional en algunas de las discusiones en torno a la organización del fútbol argentino, al que marca con una presencia importante y relevante a nivel nacional”.

Y el otro gran hito se dan los años 90, porque gana el torneo Nacional B de punta a punta con una campaña extraordinaria en el 93, y asciende a la Primera División, donde llega a estar en el cuarto lugar. Ese es un momento también de consolidación del proceso de construcción de identidad. Es la década también en la que Gimnasia empieza a tener muchos hinchas propios, empieza a consolidar una fuerte presencia”, relata Burgos y agrega: “Si bien en 2010 desciende por última vez, se mantiene en el Nacional B y no es un caso muy común”.

Gimnasia es Jujuy

El deporte en general, pero en Argentina particularmente el fútbol, funciona como un espacio central para la construcción de las identidades. “Tiene un peso muy grande, ya que los procesos de construcción identitaria en nuestro país están profundamente atravesados por el fútbol”, comenta Burgos, quien plantea una idea central en esta construcción identitaria y de sentido: “La idea de que Gimnasia es Jujuy, es un discurso muy fuerte. Y es un discurso promovido por un sector de dirigentes durante más de dos décadas. Pero lo llamativo es que esos dirigentes ya no están y ese discurso sigue siendo vigente, sigue estando presente. De hecho, hace muy poco tiempo se renovaron las autoridades y me impresionó escuchar al nuevo presidente, que es una persona bastante joven, sostener exactamente ese mismo discurso que se viene construyendo desde hace varias décadas: la idea de que Gimnasia es Jujuy”.

Continuando esta premisa, Burgos plantea: “Por supuesto que Gimnasia asume la representación de la provincia, eso está claro, no hay ninguna posibilidad de discusión. Pero es interesante la construcción de ese discurso, porque deja afuera otras posibilidades de representaciones. En todo proceso identitario, la cuestión básica es la construcción de un nosotros frente a un otro, quedando por fuera todos los otros que constituyen distintas identidades futbolísticas y deportivas”.

Burgos ejemplifica esta particular construcción con un claro ejemplo territorial, “Siempre menciono que hay un club en San Salvador de Jujuy, muy importante y popular, que es Cuyaya. Este club tiene un telón, esas banderas gigantes que cubren toda la popular, que dice: "Bien jujeño… pero de Cuyaya". Me gusta esa bandera porque ese discurso de que Gimnasia es Jujuy, lleva a la interpretación de que si alguien no apoya a Gimnasia por lo tanto no es jujeño”.

Gimnasia y Esgrima, en palabras y pensamientos de Ramón Burgos, se constituye como una referencia ineludible para pensar la identidad del Jujuy. “Lo que creo que demuestra todo esto es que el fútbol es un espacio privilegiado para pensar esas discusiones, procesos y, como espacio privilegiado que es el fútbol, nos permite ver también que son procesos conflictivos. Que por más que se construyan discursos o narrativas y representaciones muy fuertes en torno a un fenómeno, siempre algo está quedando afuera, y al quedar algo afuera, se producen ciertos conflictos, inclusive hacia el interior”.

En este sentido Moncho plantea: “Un tema que sería interesante profundizar es el proceso de construcción identitaria desde fenómenos que se han dado en los últimos años y que tienen que ver con la propia fragmentación hacia el interior. Gimnasia es un club que tiene muchas facciones entre sus hinchadas, grupos que están enfrentados entre sí. Entonces eso también da cuenta de lo complejo, conflictivo y contradictorio que muchas veces se da en los procesos de construcción de la identidad. Por más que se construya un discurso único que intenta presentarse de una manera unificada, son cuestiones que necesariamente se dan en un escenario de bastante conflicto”.

El trabajo de Ramón Burgos pone sobre la mesa la complejidad de los procesos identitarios a partir de un factor común: la pasión argentina por el fútbol.