La inflación de mayo se ubicó en 1,3 por ciento en relación al mes anterior y acumula en el año un avance del 10,5 por ciento, informó ayer el Indec. El dato implica una desaceleración de los precios con respecto a febrero, marzo y abril, cuando tuvo impacto la suba de las tarifas de electricidad y gas. La inflación de los primeros cinco meses está por debajo de la registrada en el mismo período del año pasado pero sigue por encima de la calculada por la oficina de estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires para el período enero-mayo de 2015. El mes pasado, la inflación estuvo traccionada por el segmento de equipamiento y mantenimiento del hogar, vivienda y educación. La inflación “núcleo” que supuestamente mira el BCRA para definir la tasa de interés se ubicó en mayo en 1,6 por ciento, pero el IPC cerró en un valor más bajo a raíz de una merma en los precios estacionales del 0,5 por ciento.

El cálculo de la inflación de mayo del Indec quedó por debajo de las estimaciones privadas. Por ejemplo, Elypsis midió una suba del IPC del 1,8 por ciento, mientras que FIEL calculó un incremento de entre 1,6 y 1,7 por ciento. Las previsiones en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central anticiparon un 1,6 por ciento para mayo. Sin embargo, el índice oficial se ubicó en 1,3 por ciento, que iguala al aumento registrado en enero pasado y supera por poco al de diciembre de 2016, los dos mejores meses de Cambiemos en materia inflacionaria (excluyendo agosto y septiembre de 2016, cuando se contabilizó la marcha atrás en las tarifas de gas en función del fallo de la Corte Suprema).

El rubro con mayor impacto en el índice fue alimentos y bebidas, que subió 1,2 por ciento mensual y lleva en el año un avance del 10,2 por ciento. Las frutas aumentaron 3,7 por ciento por el avance de la naranja (9,2 por ciento) y de la banana (2,6). Le siguen productos lácteos y huevos, con un incremento del 2,2 por ciento a partir del queso cremoso (2,8), queso pategrás (2,2) y sardo (4,4 por ciento). También crecieron por encima del promedio el yogur firme (4,0) y dulce de leche, con el 3,3 por ciento. Entre las bebidas, se destacó la suba del agua sin gas (3,3), cerveza (5,2), vino común (2,3) y café molido (2,7 por ciento).

El segmento de equipamiento y mantenimiento del hogar escaló 3 por ciento en mayo a partir del avance en los servicios para el mantenimiento del hogar, que incluye reparaciones de muebles, de artefactos y electrodomésticos, tintorería, lavadero y servicio doméstico. Además, el alquiler de la vivienda subió 2,2 por ciento, mientras que los servicios básicos lo hicieron en un 2,5 por ciento, impulsados por el aumento del agua del orden del 23 por ciento aplicado por Aysa.

Una vez que el Indec difundió el IPC de mayo, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, escribió en su cuenta de Twitter: “La inflación de mayo fue 1,3 por ciento. Seguimos trabajando para estar cada día un poco mejor”. “En las últimas dos semanas de mayo y en la primera de junio continúa bajando la inflación y somos optimistas que los datos de junio serán aún mejores que los de mayo”, se explayó el funcionario días atrás.

El Gobierno celebra el dato de mayo porque implica una desaceleración frente a la inflación registrada en febrero, marzo y abril, del 2,5, 2,4 y 2,6 por ciento, respectivamente. También destaca que la inflación en cinco meses es 13,7 puntos porcentuales menor que la marca del año pasado para el mismo período. Sin embargo, la comparación es relativa porque la inflación del año pasado llegó a 41 por ciento a causa de la devaluación y la quita de retenciones que aplicó el propio Gobierno apenas asumió. El contraste frente a los primeros cinco meses de 2015 muestra que la inflación en ese período fue del 10,3 por ciento según el IPC-Caba, por debajo del valor de 2017. Además, el avance de los precios del 10,5 por ciento entre enero y mayo según el Indec desdibuja la posibilidad de que el Gobierno alcance la meta del 17 por ciento que se impuso el Banco Central. De hecho, para lograr cerrar el año con ese número en el IPC, la inflación mensual no debería superar el promedio de 0,8 por ciento entre junio y diciembre, algo altamente improbable. En los últimos doce meses, la inflación acumulada fue del 24 por ciento.

Uno de los determinantes de la inflación para este año es el grado de devaluación que el Gobierno imprimirá al peso, teniendo en cuenta la presión de los exportadores, por un lado, y el riesgo de impacto en los precios, por el otro. El otro factor es el tarifario, porque está previsto que después de las elecciones se aplique otro aumento de la luz y el gas.