Su nombre científico es Spizaetus isidori, y conocida comúnmente como águila poma. Se trata de una de las aves rapaces más hermosas y poderosas que habitan en Sudamérica, más precisamente en selvas y bosques nublados de los Andes y sierras aledañas. Se la encuentra desde Venezuela, pasando por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, hasta llegar al noroeste de Argentina por la franja de las Yungas. La distribución más austral de esta especie está en Catamarca, en la selva del departamento Paclín.

“Es un ave imponente, con una mirada penetrante y diseñada específicamente para cazar animales de la selva. Se alimenta principalmente de pavas de monte, pero también pueden cazar mamíferos e incluso otras aves rapaces o de carroña, como caranchos y chimangos”, contó a Catamarca/12 el biólogo Gonzalo Martínez.

El águila poma suele anidar en los árboles más altos de la selva usando ramas y hojas, creando plataformas enormes entre las ramas de los árboles emergentes. Si bien los adultos son de cuerpo oscuro, negro en su parte dorsal y las alas, con castaño en su pecho, los pichones y juveniles son mayormente blancos. Desde jóvenes se les desarrolla una cresta prominente en la corona.

“Pese a tener una distribución que abarca varios países, el águila poma está catalogada como en peligro de extinción de acuerdo con los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) debido al marcado proceso de pérdida de hábitat, a su población en declive y al reducido tamaño poblacional, algo que la hace muy difícil de encontrar. Hasta el año 2018 se encontraron tan solo 15 nidos ocupados, la mayoría distribuidos entre Colombia y Ecuador, mientras que en Perú y en Argentina se encontraron solo uno en cada país”, resaltó el biólogo.

Desde 1958 y por casi 30 años no se supo nada sobre la presencia de esta magnífica ave en Argentina, llegando a considerarla extinta. Luego, en 1987 se la detectó nuevamente en Jujuy, más precisamente en el Parque Nacional Calilegua. En los años 90 hubo otros registros, muy probablemente gracias a la creación de áreas naturales protegidas en su área de distribución.

Debido a su estado de conservación en Argentina, en el año 2017 se catalogó al águila poma como en peligro (EN) por parte del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y Aves Argentinas. Pese a los enormes esfuerzos de conservación por parte de los organismos estatales y por las ONGs para evitar la extinción de esta maravillosa ave, aún se mantiene en una situación bastante crítica. Se han creado proyectos para la protección de esta especie en Salta y Jujuy, mientras que en Tucumán se han generado una gran cantidad de áreas naturales protegidas en sus Yungas.

En este contexto, Martínez explicó que “En Catamarca la situación es aún mucho peor. De por sí, no existen áreas naturales protegidas y mucho menos proyectos de investigación y conservación de esta especie en su hábitat natural. Tampoco se le brinda información a la gente de los pueblos cercanos donde habita esta especie, teniendo en cuenta que uno de los factores principales de que su estado de conservación ´sea en peligro´ es debido a que pobladores locales les disparan con armas de fuego”.

“La creación de áreas naturales protegidas es fundamental para la conservación de las especies que, a su vez, mantienen un equilibrio ambiental esencial para la supervivencia del ser humano”, concluyó el profesional.