Se conoce poco de Manuel Belgrano más allá de su rol de creador de la bandera. Por ejemplo, su mirada sobre el derecho de las mujeres. Falta que las nuevas generaciones de historiadores e historiadoras sigan pensando estos temas. Hay una serie de puntos sobre los que hay mucho para decir”, explicó en AM750 la historiadora Mara Espasande.

La profesora adjunta del Seminario de Pensamiento Nacional y Latinoamericano de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) aseguró esto en el 202 aniversario de la muerte del prócer. En este contexto, este lunes, en el marco del Día de la Bandera, se realizarán actos oficiales en provincias y municipios que sumarán desfiles, recitales, actividades deportivas, ferias gastronómicas y artesanales.

Por ejemplo, en la ciudad de Rosario, donde se encuentra el Monumento Histórico Nacional a la Bandera, el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin compartirán un acto por la celebración tras dos años de haber sido suspendido por la pandemia de coronavirus.

De todos modos, pese a que Belgrano aparece con su destacado rol como creador de la bandera nacional, su trascendencia en el proceso revolucionario va más allá. “Tenía un carácter revolucionario muy profundo en todos los aspectos de su vida. Y con mucha astucia. Fue un hombre que hizo la diferencia, aunque muchas veces hay aspectos de su vida particular y su proyecto político que son absolutamente desconocidos”, aseguró Espasande.

El Plan del Inca

Dentro de los datos poco conocidos del prócer de la revolución, está el llamado Plan del Inca. Se trata de una iniciativa de Belgrano que, en 1816, buscaba coronar a un rey inca en los territorios de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El plan buscaba adecuar las instituciones del nuevo estado a la restauración absolutista y para sumar el apoyo de los incas de Perú, Alto Perú y Ecuador.

De hecho, esta idea contó con el apoyo de José de San Martín, Güemes y las provincias del norte. Sin embargo, hubo una gran resistencia de los diputados de Buenos Aires, partidarios de establecer una gran cantidad de repúblicas en Hispanoamérica.

Sobre el Plan, la historiadora aseguró: “Cuando estaba empezando a estudiar historia leí este tema y me dejó sorprendida. Esa fue mi motor para empezar a escuchar este personaje. Cuando me encontré con estos datos me di cuenta que hay factores que son difíciles de articular con la idea de Belgrano liberal que tenemos”.

Rebelde con picardía y decisión

Otro de los puntos que destacó Espasande tiene que ver con la pícara insubordinación que manifestaba Belgrano frente al Triunvirato gobernante. Para graficarlo, puso un ejemplo: “Cuando crea la bandera y es advertido por el Triunvirato, le dicen que no la use más. Pero cuando va al norte la vuelve a usar y ahí sí recibe una explícita prohibición y él pide disculpas por el hecho y alegra que no había recibido la misiva anterior. Adjudicándole la culpa a las comunicaciones de la época”.

Sin embargo, no toda desobediencia de Belgrano estuvo marcada por la picardía y la gracia al momento de evitar sanciones: “Después le dice que no vaya a la batalla, que retroceda a Córdoba, él sabe que si no iba se perrdía todo el norte. Y después de haber dejado Salta y Jujuy arrasadas. Hombres, mujeres y niños que se fueron de sus casas y quemando los cultivos. Ahí dejó de obedecer”.

“Cuando había que usar la picardía, la usaba. Pero cuando había que romper e ir a la batalla y hacerse cargo de las consecuencias también lo hizo. Su aporte para toda esta etapa fue muy valiosa”, sentenció la historiadora.

Educación popular

Finalmente, otro de los elementos poco conocidos de Belgrano tiene que ver con su interés en lo educativo. Esto fue tan así que llegó a proponer la creación de escuelas gratuitas para niños pobres, para originarios y afrodescendientes. En contra del hábito de la época, impulsó para que las mujeres reciban una educación formal. Lo hizo medio siglo antes de que finalmente se pusiera en marcha.

Para este cambio, generó un “reglamento” que redactó para el funcionamiento de dichos establecimientos educativos. Sus artículos son reveladores de la lúcida concepción que tenía de lo educativo y de su importancia en la sociedad. Por ejemplo, en el artículo 1° privilegia la buena retribución al maestro.

Es tanta la importancia que le confiere al educador, que en el punto 8º establece que “en las celebraciones del Patrono de la ciudad, del aniversario de nuestra regeneración política y otras de celebridad, se le dará al maestro en cuerpo del Cabildo, reputándosele por un padre de la Patria”.