Muchos sostienen que las series son la literatura del siglo XXI. Por su masividad en un mundo cada vez más audiovisual, con la posibilidad de poder disfrutarlas cómo, cuándo y dónde se quiera, las series se convirtieron en un contenido transportable, que en algunos casos desarrollan narrativas que nada tienen que envidiarle a las mejores novelas escritas. No por casualidad en el último tiempo el vínculo entre la literatura y el universo seriéfilo se volvió cada vez más estrecho, con una retroalimentación mutua que no tiene antecedentes. Esa relación parece ser la inspiración de The Orlando Books, un nuevo sello editorial que nace con una premisa muy clara: publicar novelas que sirvan para alimentar el frondoso y demandante universo audiovisual actual. “La búsqueda es especifica: historias que al leerlas uno las imagine en una pantalla, ya sea como película, serie o cortometraje. Su estructura, su ritmo, su estilo se van a sentir audiovisuales en un ciento por ciento”, le explica a Página/12 Marcela Citterio, la fundadora de la editorial.

Con más de tres décadas como guionista televisiva, Citterio decidió embarcarse en un proyecto en el que pudiera unir sus dos pasiones. La autora que escribió historias para Telemundo, TV Azteca, RCN, Nickelodeon, y actualmente lo hace para Netflix, dio el salto al mundo editorial comprendiendo las necesidades de la industria actual, a través de un disparador familiar. “Siempre fui una apasionada de la lectura -cuenta-, desde que tengo 7 años me recuerdo siempre con un libro cerca, pero la idea de empezar a publicarlos comenzó cuando Chiara (Francia Citterio), mi hija, decidió anotarse en el concurso de una plataforma con una novela romántica inédita. Consiguió 75 mil vistas y ese fue el puntapié para autoeditar su libro. Cuando hicimos eso, pensé en muchas de mis historias que por una cosa o por otra no fueron realizadas en la pantalla, y se me ocurrió que eso le pasa a muchos autores. Entonces fue cuando surgió la idea”.

El nombre The Orlando Books para llamar al sello editorial que buscará publicar historias con destino audiovisual hace clara referencia a Orlando, la novela de Virginia Woolf. “Es un libro original y transgresor, nos lleva a abrir la mente hacia distintos tipos de historia”, detalla Citterio, para quien Orlando le es un nombre demasiado familiar: así se llamaba su padre y así se llama su hijo.

-¿Qué significa fundar una editorial “focalizada en generar contenido editorial que alimente la ficción audiovisual”?

-Tener la maravillosa oportunidad de ofrecer buenas historias no sólo a los clásicos lectores sino también a las plataformas que están en búsqueda de buenos contenidos. Tengo un equipo maravilloso totalmente orientado a descubrir buenas historias creadas por escritores con trayectoria en el rubro, así como también nuevas voces con mucho potencial y que no encontraban espacio en el mercado actual.

-Ese perfil de la editorial, ¿obedece a una falencia que percibe en los guiones audiovisuales o en la voraz demanda de historias originales en la era del streaming? ¿O a ambas?

-Siento que hay guiones audiovisuales maravillosos. Me inclino más por la gran demanda que hay de contenido original. Siento que las plataformas, comenzando por Netflix, fueron quienes nos acostumbraron a ver una serie entera sin cortes y sin esperar por nuevos capítulos, y hoy son esclavos de esa gran idea. Hay que alimentar al público y hacerlo con calidad.

-¿Cuál será el criterio de selección de obras y/o autores para convertir a The Orlando books en una usina de contenido que aporte al creciente y multifacético universo audiovisual? ¿Qué tienen que tener las historias para satisfacer ese objetivo?

-Ademas de tener gran una idea de base, un buen plot, buscamos que tengan personajes potentes, una estructura bien sostenida, un ritmo narrativo que invite a seguir leyendo. Queremos que quien la lea sienta que sí o sí tiene que ser llevada a pantalla. De esta manera, autores que quizá no tuvieron la llegada que tuve yo en mi profesión a la gente de la television, ahora streaming, sean leídos y tomados en cuenta para una serie o una película. Casi amor y Mal amor, de Chiara F. Citterio, y Quemacoches, de Bernardo Beccar Varela, son los tres primeros libros que publicaremos y son un claro ejemplo de que esas historias merecen estar en una pantalla. Además, queremos llegar a los lectores en todos los formatos posibles, por eso, además de publicar las novelas en formato tradicional, como libros impresos, también publicaremos ebooks en español y su traducción al inglés, y audiolibros producidos con actores. Quien por alguna razón no pueda o no quiera leer un libro, podrá escucharlo y no encontrará una lectura robótica sino maravillosas actuaciones que dan vida a cada texto. Mercedes Lambre y Manuel Ramos son los primeros actores con Casi amor.

-¿No se trata de cuestiones o características que tienen obras no pensadas para dar el salto audiovisual y que luego son adaptadas para tal fin? En este caso, ¿sería más fácil y sencilla la adaptación?

-Claro, el proceso de adaptación será fluido, natural, espontáneo, porque la obra fue concebida con ese fin. Por otra parte, trabajamos mucho junto a cada autor para acompañar su proceso creativo. Hacemos una edición cuidada y amorosa para que cada obra alcance su máximo potencial. De esta forma, también nos aseguramos que el salto audiovisual sea más fácil, porque se trata de obras muy trabajadas y no en proceso.

-Desde su conocimiento de la industria en tanto autora audiovisual, ¿qué demandan hoy las plataformas? ¿Cómo lidian los autores con los algoritmos?

-Las plataformas demandan originalidad, fuerza narrativa y un ritmo que no de descanso, que sepa atraer al público que está acostumbrado a lo vertiginoso en el día a día. Hay mucha producción literaria y de calidad, a lo largo y a lo ancho del mundo. Y a veces cuesta, entre tanto material, encontrar justo lo que las plataformas requieren para cubrir esa demanda. Desde The Orlando Books pretendemos hacer una especie de curaduría. Ofrecer un catálogo alineado con esta demanda y que acerque a los lectores buenas historias, en todos los formatos posibles.

-¿Qué autores u obras serán parte del catálogo de la editorial? ¿Por qué fueron elegidas, cuál es su aporte?

-Preferimos contar nuestros lanzamientos mes a mes, mantener la sorpresa. Lo que sí podemos adelantar es que en agosto publicaremos una novela mía, La chica que no quería ser princesa, que me tiene muy entusiasmada. Salí completamente de mi zona de confort al pasar de la escritura de guiones a una novela romántica y estoy feliz de haberme animado. Y en septiembre sale No somos el principio, una novela de Ginnie Forcher que es preciosa. Ella es una de las nuevas voces a las que estamos apostando y que estamos felices de haber descubierto.