Desde hoy y hasta mañana, unas 700 personas integrantes de la rama Rural del espacio que lidera Juan Grabois a nivel nacional, el Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE), de Salta y Jujuy, se encontrarán en la localidad de Apolinario Saravia, un pueblo en el departamento sojero de Anta, en Salta, para discutir sobre el acceso a la tierra, el agua, la agroecología, y el trabajo digno para todos y todas los sectores de la economía popular.

En esa rama del Movimiento confluyen unas 30.000 familias de todo el país, y este año, tras la pandemia de coronavirus, comenzaron a realizar una serie de reuniones regionales de encuentro y formación, “para conocer más, saber sobre nuestros derechos y entender que nuestros problemas son comunes en todo el país”, le dijo a Salta/12 una de las organizadoras y anfitriona del evento, Marta Cruz.

Ella es una de las 200 productoras damnificadas por las fumigaciones con agrotóxicos que se utilizan en los cultivos de soja y algodón de toda la zona. Noticia que compartió este diario hace apenas unos días, cuando el mismo intendente local, Marcelo Moisés, se sumó al pedido para prohibir el uso del herbicida 2.4D Amina en toda la provincia. “Nos queman toda la producción de tomates y otras hortalizas”, expresó angustiada la productora. 

Sobre el encuentro de la organización de los Trabajadores Excluidos, Cruz se mostró ilusionada y muy contenta por la gran afluencia de productores de las dos provincias del Noroeste del país, y las repercusiones que pueda tener ese movimiento en un pueblo y una provincia que pocas veces es noticia a nivel nacional, “queremos que nos conozcan y vean cómo vivimos y qué hacemos en este rinconcito del país”, indicó, mientras se enorgullecía al detallar que solo en Apolinario Saravia ya son 200 los trabajadores rurales nucleados en ese espacio de militancia.

En su mayoría son pequeños productores minifundistas que deben arrendar fincas para producir “zapallo, tomates, berenjenas” y todo tipo de hortalizas para abastecer los mercados de Salta y provincias aledañas. Pero además, se dedican a la producción de maní, “los salteños comen maní de acá, no de otro lado”, aclaró.

Cruz contó que decidieron agruparse en el movimiento hace cuatro años, “primero nos daba miedo por todas las cosas que se dicen de las organizaciones, pero estamos orgullosas de ser parte por las cosas que conseguimos y porque estar organizados nos sirvió a todos, así pudimos saber más sobre nuestros derechos, pelear juntos y viajar para conocer otras realidades, que por lo general son las mismas que las nuestras”, acotó.

“Estar organizados nos permite llevar adelante mejor nuestra producción, pelear mejor los precios con los intermediarios y exigir más cosas al municipio y la provincia, porque antes, individualmente no éramos escuchados”, señaló la referenta local del MTE Rural.

Ese espacio de la militancia rural tiene presencia en Salta en ciudades como Orán, Rosario de Lerma, Colonia Santa Rosa y Güemes en donde reúnen a más de 1.000 voluntades. En todas lograron conformar merenderos que le dan de comer a 200 niños y niñas por fin de semana, “esto solo lo logramos gracias a la organización, así colaboramos con al menos una comida diaria los sábados y domingos”, sostuvo la trabajadora rural.

Como en casi todo el país, la lucha de estos sectores es por el acceso a la tierra, al agua y a condiciones dignas de trabajo y comercialización, ya que “los intermediarios son los que se quedan con la mayor parte de la ganancia, nos pagan nada a nosotros, y le cobran todo al consumidor en la ciudad”. Por lo que, entre otros temas, se debatirá en plenarios nuevas formas de comercializar y la manera de llegar directamente a los puntos de venta.

El MTE conforma cooperativas de agricultores en todo el país y dispone de un puesto en el Mercado Central de Buenos Aires desde donde comercializa 1200 toneladas de hortalizas mensuales. Además, construyó una herramienta de comercialización llamada Pueblo a Pueblo, que acerca mensualmente 40.000 kg de alimentos frescos y agroecológicos del productor al consumidor, aunque es una cuenta pendiente su puesta a punto en el interior del país.

En el plenario, además de estas problemáticas, se abordarán temáticas vinculadas a seguir fomentando la producción agroecológica, la violencia de género, los derechos de las mujeres y diversidades en los sectores rurales, y las juventudes, “un sector al que tenemos que prestar mucha atención para evitar el desarraigo”, detalló Marta Cruz.

De la apertura del encuentro participarán autoridades del INTA, de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, y el intendente Marcelo Moisés, quien según la organizadora, abrió el municipio y colaboró “para que el plenario se haga realidad”. Mientras que desde el Movimiento participarán entre otros su referente nacional, Lautaro Leveratto.

Desde Jujuy viajarán unos 400 integrantes del espacio de diversos puntos como Palma Sola, Perico, Santa Clara, Monte Rico, Pampa Blanca, Aguas Calientes, Chalicán, Fraile Pintado y otras localidades. En esa provincia del norte argentino, son unas 2.000 personas las nucleadas dentro del brazo rural del Movimiento de los Trabajadores Excluidos.

Fabiana Bejarano, una de sus lideresas y referenta del área de género del MTE de Palma Sola, aseguró que este tipo de reuniones “son fundamentales para cientos de compañeros, porque no es lo mismo que una les cuente sobre las experiencias que se viven en otros lugares, que ellos mismos lo puedan vivir, se pueda hablar de la soberanía alimentaria, de las luchas por la tierra y los logros que queremos como productores y productoras que somos”.

“Está muy bueno poder organizarnos y encontrarnos, para saber que la realidad que nos atraviesa a todos los agricultores del país es más o menos la misma, todos tenemos problemas por los costos del alquiler de las tierras, la venta directa a un precio justo y peleamos por proyectos para mejorar nuestras condiciones y calidad de vida”, concluyó la jujeña.