La Semana Social organizada por la Conferencia Episcopal Argentina culminó el domingo en Mar del Plata con un mensaje mediante el cual la Iglesia Católica definió que el mayor desafío de la hora es “la creación de trabajo con un salario digno que sostenga su poder adquisitivo”, insistió en que “los planes sociales son necesarios en la coyuntura, hasta la consolidación de modelos de economía popular sustentables”, pero advirtiendo que “es imprescindible un verdadero plan de Desarrollo Humano Integral que incluya un proyecto de repoblación de nuestro país para encauzar la angustiante necesidad de tierra, techo y trabajo que tiene gran parte de nuestro pueblo”.

El documento, que lleva la firma de la Comisión Episcopal de Pastoral Social que preside el obispo Jorge Lugones, titular de la diócesis de Lomas de Zamora, reúne aportes escuchados en las sesiones de trabajo que se llevaron adelante durante tres días, pero sobre todo resume las posturas expresadas por el propio Lugones y por el Presidente de la Conferencia Episcopal, Oscar Ojea, obispo de San Isidro, en la sesión inaugural del encuentro.

Para los obispos el “trabajo digno” es “el gran ordenador de la vida humana y la felicidad”, pero sin perder de vista que “la posibilidad de acceder al mismo no es un problema individual” sino “la consecuencia de un modelo que debe anteponer la producción a la especulación, la distribución a la concentración y el acaparamiento, el bien común a la rentabilidad sectorial”.

En su texto los responsables de la acción social de la Iglesia expresaron su preocupación por “los datos sobre la desigualdad económica en nuestra Patria, el modo en que la concentración excesiva de la riqueza en pocas manos desalienta el empleo nacional, estimula el ahorro fuera del país, el consumo externo y la fuga de divisas”. Y por ese motivo subrayaron que “aunque se verifique crecimiento en la actividad económica o en el empleo, sigue habiendo un número inaceptable de hermanos en situación de pobreza”. No obstante el documento eclesiástico subraya que a nivel económico la coyuntura ofrece a la Argentina “una oportunidad” en las áreas de alimentos, minería, energía, turismo, servicios tecnológicos.

En lo político la Comisión Episcopal de Pastoral Social manifestó la necesidad de “de reconstruir la confianza en nuestro país y con ella, el sentido de pertenencia; de generar un acuerdo político, social y empresarial”. Para ello los obispos católicos piden alcanzar “una visión superadora de la violencia ligada a la lucha por espacios de poder y que nos permita centrarnos en las verdaderas necesidades y búsquedas de nuestro pueblo; la necesidad de profundizar las políticas de redistribución del ingreso para cerrar la brecha social”. Tras subrayar la importancia de “defender el sistema democrático” la jerarquía católica pidió que se tenga presente que “la administración de la vida en sociedad no es sólo tarea del poder político, sino que está condicionada también por otros poderes, como el judicial o el económico y que es tarea de todos cuidar la voluntad soberana del pueblo”.

También hubo una palabra para los empresarios reconocidos como “una figura fundamental de toda buena economía”. Dicen los obispos católicos que “el verdadero empresario es el que conoce a sus trabajadores porque trabaja junto a ellos y con ellos” y, según ellos, existen coincidencias entre empresarios e industriales “de todas las escalas” respecto de que “no se puede generar empleo de buena calidad sin una presencia activa del Estado en apoyo a las empresas, en particular a las pymes, sobre la necesidad de construir consensos con articulación público/privado que genere estabilidad en las reglas”.

Para los obispos de la Pastoral Social “la Patria es tarea de todos, en especial en este tiempo en nuestro país y en la región en que asistimos a una instigación permanente al odio y al desencuentro, que nos impide reconocernos como hermanos y dar pasos trascendentes en términos de unidad”.

Pero -dicen- ”necesitamos políticas públicas que salgan del cortoplacismo, necesitamos más responsabilidad y espíritu crítico ante el poderío mediático que, respondiendo a intereses económicos sectoriales, reduce la política al espectáculo o a la imagen privilegiando el rating, la descalificación, negando la discusión inteligente de las ideas y el discernimiento de la realidad”.

Finalmente los obispos se comprometen a sumar “todos los esfuerzos que sean necesarios” a los de otros “para construir los acuerdos que permitan garantizar el trabajo digno y la integración para todos los habitantes de nuestro país”.

La Semana Social es un encuentro anual organizado por la Comisión de Pastoral Social y que reúne como invitados a funcionarios y funcionarias, personalidades de la política, del empresariado, del sindicalismo, de las organizaciones sociales y referentes académicos.

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