"Me tomé el atrevimiento en representación del pueblo porque soy una argentina que vive en este país y no puede ser que tengamos riesgos porque el presidente y la vicepresidenta no aceptan las diferencias".

Así describió la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, el motivo por el que, en las horas críticas de este domingo, después de la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, decidió comunicarse con Alberto Fernández para intentar destrabar la falta de comunicación entre el mandatario y Cristina Fernández de Kirchner.

"Fue un gesto impulsivo y necesario", agregó, en diálogo con Diego Brancatelli y su equipo en AM750. Y justificó su decisión en que, si no se insiste con la unidad del Frente de Todos, "nos van a comer los malditos y fascinerosos", en referencia a la oposición.

"'Llamá a Cristina y hablale', le dije a Alberto (Fernández), con ternura, porque los dos fueron votados por el pueblo y nos representan", insistió de Carlotto.

El convencimiento de Cristina

Al ser consultada por si este domingo también habló telefónicamente con la vicepresidenta, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo dijo que no pudo hacerlo, pero que era su intención. "Después de hablar con él (por Alberto Fernández), yo quería hablar con ella, pero tenía el número de un secretario que justo los domingos no está, había otro. Entonces no tenía el teléfono de él para avisarle", detalló en Branca de vuelta.

Sin embargo, reveló que este lunes por la tarde finalmente recibió un llamado de Cristina Fernández de Kirchner, aunque prefirió no dar muchos detalles al respecto. "Fue como una amiga que me llama para contarme cosas de su pensar, pero no quiero comentarlas porque fue una conversación íntima", aclaró. 

Aunque agregó que la vicepresidenta "se mostró muy convencida de que esto era lo mejor", en referencia a la llegada de Silvina Batakis al frente del Ministerio de Economía.

Por último, de Carlotto opinó que el diálogo entre el presidente y Cristina Kirchner debería ser más fluido a partir de ahora. "A Alberto (Fernández) le dije: 'mirá, Alberto, las Abuelas y yo tenemos 45 años de lucha, y hemos tenido que hablar con gente repugnante para que nos den datos, ¿te creés que me gustó? Pero era necesario. Y vos con Cristina, que es una amiga, una colega, una mujer extraordinaria, ¿no te vas a hablar? Llamala todas las veces que sea necesario'", concluyó.