Las sesiones del Primer Congreso de Estudiantes Universitarios, celebrado en Córdoba en julio de 1918, inspiraron a un joven santafesino a reflejar ese acontecimiento fundacional con unos poemas satíricos. Escritas por el dirigente Pablo Vrillaud, esas nueve poesías que se sobrevivieron al tiempo pueden disfrutarse en “Sonetos de ratos perdidos”, una muestra interactiva organizada por la Universidad Nacional del Litoral (UNL) al cumplirse un nuevo aniversario de la Reforma Universitaria.

“Esta muestra es bastante particular. Si uno se fija en el documento como tal, son simples hojas escritas a mano por un estudiante que participó en un congreso donde se reunieron cinco delegaciones (de las universidades de Buenos Aires, La Plata, Tucumán, Santa Fe y Córdoba), pero en realidad esos diez días de debates forjaron la base de los estatutos que luego creó Yrigoyen y que significaron la estructura de lo que hoy sigue siendo la universidad reformista”, explicó la directora del Museo Histórico de la UNL, Stella Maris Scarciófolo.

El nombre de la exposición se debe a los nueve divertidos sonetos que escribió el estudiante de la UNL Pablo Vrillaud, quien no pudo terminar la carrera de Derecho debido a un accidente vehicular que le arrebató la vida en 1925, tan solo un año después de haber sido nombrado director de la Biblioteca de Ciencias Jurídicas y Sociales, que hoy lleva su nombre.

“Hay más de un congresal que gasta obeso/ abdomen de prosaico comerciante/ llegando a cometer hasta el exceso/ de citar audazmente al mismo Dante”, reza una estrofa de estos irónicos y poco conocidos poemas que describen los momentos de esparcimiento de una juventud revolucionaria que supo organizarse en pos de un bien común: transformar una universidad dogmática, clasista y excluyente en un sistema de educación superior laico, democrático y representativo de las mayorías populares.

Para Scarciófolo, el objetivo de la muestra es “transmitirle a los más chicos que debe ser la juventud la que promueva cambios en nuestra sociedad” y destacar que “una sola persona no puede construir algo, sino que todo se construye compartiendo, y que esa construcción debe ser cotidiana, empática, y que debe aceptar las ideas del otro. Eso fue lo que hicieron los reformistas, porque no todos estaban de acuerdo con lo mismo ni compartían las mismas ideas”.

Además de contar con libros, fotografías y documentos originales de la época, junto con los poemas escritos por Vrillaud y preservados por su compañero de militancia Alejandro Grüning Rosas, la exposición cuenta con la posibilidad de interactuar digitalmente con estos archivos gracias a la incorporación de pantallas táctiles y códigos QR.

Inaugurada el pasado 15 de junio en honor al Día Nacional de la Reforma Universitaria, “Sonetos de ratos perdidos” podrá recorrerse hasta fines de julio, en la Sala Ángela Romera Vera del Museo Histórico “Marta Samatan”. También hay una versión itinerante, que se exhibe en el octógono de las facultades de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) y de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la UNL, y una virtual, en la página del Museo Histórico.