La primera vuelta electoral de las elecciones legislativas en Francia colocaron al partido del presidente Emmanuel Macron, La República en marcha (LRM), un movimiento con poco más de un año de vida, en una posición muy cómoda para quedarse con la mayoría absoluta en la segunda vuelva -que será el próximo domingo- y para dejar a los partidos tradicionales en una posición minoritaria.

La agrupación del joven jefe de Estado obtenía entre 32 y 33 por ciento de los sufragios y las proyecciones anticipan que  lograría entre 390 y 445 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional.

Los conservadores, el partido de la derecha tradicional, de acuerdo con los primeros datos provisionales conocidos, conseguían 21 por ciento de los votos y los socialistas del ex presidente François Hollande, que hasta ahora eran mayoría en el parlamento, obtenían apenas 7,8 por ciento. El xenófobo Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen, que llegó a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 7 de mayo, quedó como tercera fuerza en la primera vuelta, con un 14 por ciento. La Francia Insumisa del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, obtuvo un 11 por ciento.

El vicepresidente del FN, Florian Philippot, dijo que el partido ultraderechista estaba "decepcionado" por los resultados que obtuvo la formación en la primera vuelta de las legislativas francesas. En las presidenciales, Le Pen había superado el 50 por ciento de los sufragios en 45 circunscripciones en la segunda vuelta.  "Quizás estemos decepcionados con el resultado y pienso que hemos pagado el precio de la fuerte abstención", sostuvo Philippot, después de las primeras proyecciones apuntaran que el FN obtendría apenas entre 1 y 10 diputados.                                          

Macron, exbanquero y exministro de 39 años, elegido presidente en mayo después de una campaña de tinte europeísta y liberal, necesita la mayoría para imponer su programa de reformas económicas y lograr la confirmación de Edouard Philippe como primer ministro. El triunfo de LRM, sin embargo, fue empañado por un nivel de abstención récord: una de cada dos personas en condiciones de votar se quedó en su casa.