El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luiz Edson Fachin, afirmó que Brasil puede vivir un episodio de ataques a las instituciones aún más grave que lo ocurrido en la invasión del Capitolio, la sede del Congreso de los Estados Unidos, ubicada en Washington, por simpatizantes del exmandatario Donald Trump en 2021.

"Podríamos tener un episodio aún peor el 6 de enero desde aquí, en el Capitolio", dijo Fachin durante un evento organizado por el instituto Wilson Center de la capital estadounidense.

El 6 de enero de 2021, cientos de personas irrumpieron violentamente en el edificio gubernamental mientras los representantes y senadores contaban oficialmente los votos recibidos por el presidente electo Joe Biden en el colegio electoral. El enfrentamiento dejó cinco muertos. En ese momento, los parlamentarios tuvieron que ser sacados del edificio, o escondidos en salas auxiliares, para que no fueran atacados por los invasores.

Según Fachin, la sociedad brasileña "necesita armarse con su voto, conciencia política, solidaridad, sentimiento de justicia, convivencia (...) y cada una de las instituciones brasileñas necesita cumplir su papel dentro de los límites establecidos por la Constitución", dijo. 

El juez, quien también es magistrado en la Corte Suprema, afirmó que el Congreso brasileño necesita tener una "posición firme" sobre las amenazas a la democracia. 

Fachin volvió a rechazar los discursos que sugieran una "intervención" de las Fuerzas Armadas en el proceso electoral. Dijo que la alianza entre el TSE y los militares implica colaboración y cooperación, como en las tareas de llevar las máquinas de votación electrónica a lugares de difícil acceso. 

"Sin embargo, por razones políticas hay quienes quieren transformar esta participación en una que, en lugar de ser colaborativa, sea prácticamente una intervención", dijo. "Por supuesto, no solo no aceptamos este tipo de circunstancias, tampoco lo haremos. Colaboración sí, intervención nunca", sentenció.

La polarización electoral entre el presidente Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, favorito en todas las encuestas para ganar las próximas elecciones, han tensado la precampaña en las últimas semanas con algunos episodios de violencia.

La semana pasada, un acto con votantes Lula en Cinelândia, en el centro de Río de Janeiro, fue el blanco de un ataque con dos bombas caseras, que fueron al público antes de la llegada de líder izquierdista. 

Un hombre de 55 años fue imputado por el delito de explosión, por el que están previstas penas de tres a seis años de prisión, según detalló el portal brasileño G1.

Por su parte, la Polícia Civil de San Pablo inició una investigación tras un incidente registrado en la noche del miércoles en la redacción del diario Folha, ubicada en la región central de esa ciudad.

Al cierre de la edición de ese día, un proyectil perforó la ventana del local. Los periodistas que estaban en la redacción escucharon el estampido, pero ninguno resultó herido.

Transparencia del sistema electoral

Bolsonaro ha expresado en repetidas ocasiones sus dudas sobre el mecanismo con el que fue elegido para el cargo, afirmando que las urnas electrónicas no son auditables -aunque lo son- y defendiendo la aplicación del voto impreso, considerado un retroceso por parte de la Justicia Electoral.

El mandatario y los militares afirman que su intención es salvaguardar las elecciones. "Por el amor de Dios, nadie está realizando actos antidemocráticos", dijo Bolsonaro recientemente. "Una elección limpia, transparente y segura es una cuestión de seguridad nacional. Nadie quiere tener dudas cuando las elecciones hayan terminado", añadió.

La falta de fiabilidad de las elecciones puede llevarlo a cuestionar el resultado, advirtió Bolsonaro. "Ha surgido una nueva clase de tramposos que quieren robar nuestra libertad", dijo durante un evento el mes pasado. "Iremos a la guerra si es necesario", añadió.

En la misma línea, el hijo mayor del presidente, el senador Flávio Bolsonaro, advirtió la semana pasada que el gobierno no puede ser responsabilizado si el resultado de las elecciones genera una reacción violenta por parte de los seguidores del presidente.