La Organización Meteorológica Mundial (OMM), parte de la ONU, advirtió este miércoles que las olas de calor como la que actualmente sufren países de Europa y otras tendencias negativas en el clima serán cada vez más frecuentes y continuarán al menos "hasta 2060", más allá de que se logre mitigar el cambio climático.

La advertencia la hizo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, durante una rueda de prensa. Allí advirtió que "las olas de calor se están haciendo más comunes a causa del cambio climático". “Hemos dopado a la atmósfera inyectando más gases de efecto invernadero, sobre todo dióxido de carbono, por lo que el calentamiento y otras tendencias continuarán” independientemente de los esfuerzos por tomar el camino contrario, explicó.

Taalas dijo que “en el futuro, este tipo de olas de calor serán normales”, y que se verán “extremos aún más fuertes”. “Hemos lanzado tanto dióxido de carbono a la atmósfera que la tendencia negativa continuará en las próximas décadas y de momento no hemos sido capaces de reducir nuestras emisiones mundiales”, subrayó el experto para analizar la actual ola de calor en Europa, que provocó cientos de muertes y temperaturas extremas superiores a los 42 grados.

"Ya hemos perdido la partida en lo que respecta al deshielo de los glaciares. Esperamos que el deshielo de los glaciares continúe durante los próximos cientos de años o incluso miles de años... El aumento del nivel del mar continuará durante el mismo período", comentó sobre uno de los efectos más inmediatos de la ola de calor.

Ola de calor en Europa

Las altas temperaturas que están batiendo récords, y los incendios forestales y las sequías tienen en vilo a los europeos que atraviesan el peor verano de los últimos tiempos. Lejos de tener buenas perspectivas, las autoridades meteorológicas de Europa estiman que las temperaturas podrían seguir subiendo en los próximos días.

En España, la intensa, duradera y extensa ola de calor de la semana anterior, cesó este lunes, tras días de máximas entre los 39 y los 45 grados en casi toda la península que, según estimaciones del Instituto de Salud Carlos III, que depende del Ministro español de Sanidad, causaron 510 muertes desde que comenzaron las altas temperaturas.

También en Francia la situación es complicada, donde 15 departamentos están en alerta roja -de los 95 que existen- por las temperaturas que no bajan y se suman los graves incendios. Es el caso de Burdeos, donde se devastaron más de 19.000 hectáreas, dejando a miles de personas sin hogar.

Por su lado, el Reino Unido permanece en alerta naranja, con temperaturas que superan los 40 grados centígrados, y Londres es la ciudad que más está sufriendo el rigor del termómetro. Basta con mirar lo que pasó en el aeropuerto Luton, en las afueras de la capital, que permaneció cerrado hasta este martes porque la pista de aterrizaje se estaba derritiendo.