El juicio contra el reconocido productor de moda Pablo Rangeón, acusado por abuso sexual contra 6 mujeres, llega a su fin. Este miércoles se escucharon los últimos testimonios. El viernes se producirán los alegatos y se espera que el Tribunal dicte sentencia.

En esta octava audiencia, el geólogo Juan Terrazas, amigo desde hace 15 años de la primera denunciante, dijo que conoce de vista a Rangeón, que la denunciante estaba mucho tiempo con el productor de moda y dedujo que eran pareja, pero en realidad no lo verificó. Recordó que en 2012 o 2013 recibió un llamado de la joven pidiéndole ayuda, “nerviosa, desesperada”, le contó "que la había golpeado Rangéon”

Una vez que fue a ayudarla, le vio golpes en las costillas, sangre en las manos y las uñas levantadas como si se hubiera defendido. Relató que fueron a la casa de una amiga de ella, donde se hizo curaciones en el baño. “Hice lo que pude”, manifestó. Contó que sugirió a la joven que fueran a un centro médico para que la revisaran pero no quiso, y tampoco realizaron una denuncia en la policía. Recordó que ella estaba muy asustada.

“Ella vivía con miedo de qué hacer o qué no hacer”, declaró en su momento este testigo en la fiscalía, y lo ratificó ayer en la audiencia. Contó que la denunciante no hablaba, que había mucho silencio en ella y se lo atribuye al miedo. Terrazas vivía en el mismo edificio que la denunciante por la calle General Güemes.

Además este testigo contó que tras verla golpeada, le “empezó a preocupar un poco más” la joven, por “empatía”. En algún momento cuidó de su hija pequeña cuando ella debía hacer algún trámite o tenía una emergencia.

Por otro lado, aclaró que por trabajo no permanecía mucho tiempo en la ciudad, pero cuando iba a bailar solía ver a Rangeón siempre rodeado de “chicas lindas y más jóvenes”.

También declaró una médica, tía de otra denunciante, quien ratificó los dichos de su sobrina y de la madre de ella. La médica contó que recibió un llamado de la cuñada, madre de la víctima, quien le dijo que su hija había sido drogada y violada. Dijo que entonces, como profesional de la salud, dio instrucciones para que la llevaran de forma inmediata al Hospital Materno Infantil debido a que le preocupaba que le aplicaran el kit para prevención de enfermedades de transmisión sexual y de embarazo no deseado, para que fueran efectivos, porque tienen un período de ventana.

La testiga dijo que en esos momentos no vio a su sobrina, porque tuvo que viajar. A su regreso se encontraron y ella le relató que había salido una noche con una hermana de su amiga de la infancia (Manuela Colina Cornejo), quien le presentó a Rangeón. Fueron a un boliche, éste le ofreció un trago, ella se descompuso, fue al baño y desde ese momento no recuerda más hasta que despertó al día siguiente en su casa con múltiples lesiones. La médica sostuvo que su sobrina le dijo que tenía sospechas de que le pusieron algo en la bebida y también indicó que no le preguntó más porque la joven "se angustiaba muchísimo".

Estrategias defensivas 

En la audiencia también declaró una amiga de Rangeón, Paola Vasmulaky, quien dijo que la primera denunciante era pareja del acusado. Negó que trabajara en la escuela de modelos, negó haberla visto golpeada y de igual manera negó haberlo visto maltratar a la hija pequeña.

La estrategia de la defensa de Rangeón ha sido intentar demostrar que mantenía una relación de pareja de la primera denunciante, llamando a declarar amigas del acusado, modelos que trabajaron con él, entre éstas una exnovia que era menor de edad cuando mantuvieron una relación. Los abogados y el propio Rangeón se han centrado más en demostrar que fue pareja de la denunciante, algo que ella niega, en vez de probar que no la abusó sexualmente. Además, tanto los abogados, el acusado y sus amistades, han intentado mostrar a la denunciante como una mujer obsesionada por Rangeón, reproduciendo estereotipos machistas para desacreditar su palabra.

Ayer también declaró una modelo que fue profesora de la escuela de Rangeón, Belén Muruaga, quien dijo que la primera denunciante no trabajaba con el acusado y que era su pareja, pero que colaboraba con él. Aunque intentó favorecer a Rangeón, terminó contradiciéndolo, cuando dijo que él no le dio instrucciones respecto a la postura de las modelos y que él tampoco usó a una de las denunciantes para ejemplificar como debía ser aquella postura. “A mí no me tendría que mostrar nada”, sostuvo.

En respuesta a una joven que lo acusa de haberla sometido a tocamientos, cuando tenía 15 años y con la excusa de enseñarle cómo debía pararse, Rangeón había manifestado que la usó para mostrar cómo debía ser la postura, porque a las profesoras no les salía y a ella sí. 

Muruaga también negó que padres o madres presenciaran las clases que se dictaban en aquella escuela, como sostuvo Rangeón; por el contrario, la testiga dijo que esto no pasaba, y que aunque podían esperar afuera, tampoco solían ir.