Daniel Passarella, el exfutbolista y exdirigente de 69 años, atraviesa un serio problema de salud. Como consecuencia de una enfermedad neurodegenerativa cuyas secuelas habrían comenzado a ser cada vez más evidentes en los últimos tres años, el Kaiser casi no sale solo de su casa y se encuentra con asistencia, ya que puede perder la orientación, según publicó el diario Olé.

En el artículo aseguran que en el círculo íntimo del extécnico de River Plate y de la Selección están "shockeados" y que el hijo menor, Lucas, que vive en Chacabuco, estaría considerando volver a vivir a Buenos Aires para acompañarlo, ya que no podría dirigir más un equipo de fútbol ni administrar sus bienes. "Ya no es más el Passarella que conocimos. Ahora es otro Daniel”, aseguró un amigo a ese medio.

Y si bien en los últimos tiempos se lo vinculó con la posibilidad de entrenar a equipos chicos, desde su entorno más íntimo señalaron que no hubiese podido asumir esa responsabilidad, y que sus únicas actividades son algunos paseos en cercanías de su casa en Lomas de San Isidro, con asistencia, ya que puede olvidarse la dirección a la que iba o perder la orientación.

En octubre de 2019, en una de sus últimas entrevistas, Passarella había manifestado querer volver al fútbol. "La verdad, después de un tiempo, llegué a la conclusión de que me gustaría regresar a las canchas", puntualizó en ese entonces.

En tanto, en septiembre de 2021, su representante José Soto comentó a los medios que Passarella había recibido ofertas para volver a dirigir. "Hablé con cuatro equipos de Primera División del fútbol argentino. En uno hubo una posibilidad concreta, pero Daniel prefirió que no. Tiene que estar convencido de que es el club indicado para volver", aseveró.

Los últimos años de Daniel Passarella en River

El último equipo que dirigió Passarella fue River Plate, durante la temporada 2006 y 2007. Luego asumió la presidencia del club, desde 2009 hasta 2013. Su gestión como dirigente estuvo marcada por el descenso del club de Núñez a mediados de 2011, más allá del ascenso al año siguiente.

River lo llevó a convertirse en una de las cuatro personas del mundo en ser jugador, técnico y presidente de un mismo equipo junto a Santiago Bernabeu, Franz Beckenbauer y Carlos Babington.

En 2014, una condena social no le permitió volver a pisar el Monumental. Aún espera la sentencia del juicio que se le inició en ese entonces por irregularidades en su gestión como presidente del club, al ser acusado de malversación de fondos y formación de grupos violentos.