Miles de partidarios del influyente líder político chiita Moqtada Sadr volvieron a entrar el sábado el parlamento de Irak y planean ocuparlo hasta nuevo aviso, tras una jornada de protestas en un país sumido en una profunda crisis política. Los manifestantes ondeaban banderas iraquíes e imágenes de Sadr dentro del edificio, mientras que miles de personas protestaban afuera. En el hemiciclo, se paseaban haciendo la señal de victoria y tomándose selfies.

La crisis política en Irak es total a la espera del nombramiento de un nuevo presidente y un primer ministro, diez meses después de las elecciones legislativas de octubre de 2021. Moqtada Sadr lanzó una campaña de máxima presión contra sus oponentes, rechazando al candidato para el puesto de jefe de gobierno.

Tres días después de haber ocupado ya brevemente el Parlamento el miércoles, los manifestantes anunciaron "una sentada hasta nuevo aviso", según un comunicado de la corriente pro-Sadr. Algunos de los manifestantes estaban tumbados en los pasillos enmoquetados, apoyados en los pilares, matando el tiempo con sus teléfonos móviles, mientras que otros se abanicaban con cajas de cartón o se habían quitado las camisas.

El presidente del parlamento, Mohamed Al Halbusi, anunció en un comunicado "la suspensión de todas las sesiones parlamentarias hasta nuevo aviso" y pidió a los manifestantes que "preserven la propiedad del Estado".

"Gobierno corrupto e incapaz" 

Los manifestantes rechazan la candidatura a primer ministro de Mohamed Chia Al Sudani, considerado cercano al exjefe de gobierno Nuuri Al Maliki, oponente histórico de Sadr. En los jardines del Parlamento, Sattar Al Aliawi, de 47 años, dijo que se manifestaba contra "un gobierno corrupto e incapaz", en referencia a los opositores de Sadr. "No queremos al señor Sudani", afirmó. "El pueblo rechaza totalmente a los partidos que han gobernado durante 18 años. Haremos una sentada bajo la cúpula del parlamento, dormiremos aquí", dijo.

Sudani, un exministro y gobernador provincial de 52 años, es el candidato del Marco de Coordinación, una alianza de facciones chiitas proiraníes que incluye a la formación de Maliki y a representantes de los Hachd Al Shaabi, antiguos paramilitares ahora integrados en las fuerzas regulares.

Aunque Sadr decidió mantener la presión sobre sus oponentes, les dejó sin embargo la tarea de formar un gobierno porque hizo dimitir a sus 73 diputados en junio. Los sadristas representaban entonces la mayor fuerza en el parlamento, con 329 miembros. Tras las incursiones en el Parlamento, el Marco de Coordinación llamó a "las masas populares (...) a manifestarse pacíficamente para defender el Estado y su legitimidad".

Escalada

Al menos cien manifestantes y 25 miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos el sábado durante las manifestaciones, según el Ministerio de Sanidad. La policía lanzó gases lacrimógenos frente a las piedras de los manifestantes. "La escalada en curso es profundamente preocupante", lamentó en Twitter la Misión de Asistencia de la ONU en Irak, pidiendo una "desescalada".

Todo el espectro político iraquí hizo llamamientos al diálogo y a la desescalada. En una alocución televisada, el primer ministro, Mustafa Al Kazimi, en funciones, pidió a los bloques políticos "sentarse a negociar y ponerse de acuerdo". Hadi Al Ameri, que dirige una facción de los influyentes Hashd Al Shaabi, los antiguos paramilitares proiraníes, también pidió al movimiento pro-Sadr y al Marco de Coordinación que prioricen "la moderación (...), el diálogo y los acuerdos constructivos para superar las diferencias".

El viernes por la noche, partidarios de Moqtada Sadr saquearon las oficinas del partido Daawa de Maliki en Bagdad, así como las oficinas de la Corriente Hikma, la formación del político chiita Ammar Al Hakim, que forma parte del Marco de Coordinación, según una fuente de seguridad.