En el año y medio que le queda de gestión y aún con el cambio de expectativas que generó el desembarco de Sergio Massa en el Ministerio de Economía, el Gobierno no tiene tiempo suficiente para hacer política anti-inflacionaria sólo aferrado a variantes técnicas. En este contexto, donde se vienen dos meses de una inflación muy alta, apela el Ejecutivo de Alberto Fernández a la vía política: una mesa que se convocará con urgencia esta semana para acordar precios y salarios con sectores empresarios y sindicales. Justo en la semana en la que el INDEC dará a conocer el Índice de Precios al Consumidor IPC de julio, que podría ser el más alto del año. Esta convocatoria es, además, el primer test de Cooper del flamante secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, que ya está contactando a los sectores. 

Fue el propio presidente Alberto Ferrnández quien en un acto en Lomas de Zamora anunció la iniciativa: "Ayer hablábamos con Sergio y los dos estábamos de acuerdo en una idea: en el transcurso de esta semana vamos a convocar a empresarios y sindicalistas de la Argentina a una mesa para marcar una hoja de ruta para alinear precios y salarios por 60 días para que los argentinos dejen de padecer la inestabilidad que hoy viven en materia de precios", dijo el mandatario. 

Según confiaron a Página/12 diferentes fuentes oficiales, el Gobierno observa la iniciativa como una especie de congelamiento virtual de una dinámica inflacionaria que venía con números preocupantes, que se profundizaron en el mes de crisis política interna del Frente de Todos, con posterioridad a la salida del ex ministro de Economía, Martín Guzmán. En principio, la idea oficial es convocar a las grandes cadenas de supermercados nucleadas en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), y a las industrias nucleadas en la Unión Industrial (UIA) y la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal). Y por el lado de los gremios, a los principales dirigentes de las actividades vinculadas directa o indirectamente a la canasta básica. No se descarta que en esa mesa haya, además, referentes del Grupo de los Seis (Bancos, agro, Bolsa, Cámara de Comercio, Construcción y la UIA), con el objetivo de lograr un consenso más amplio y el efecto que pocas veces han tenido acuerdos de este tipo. 

Dirigentes empresarios consultados por este diario aseguraron que "es una buena decisión en este contexto". Algunos sectores se aferran más que otros a este esquema. El caso más relevante son los grandes supermercados, que tienen el 60 por ciento de sus costos totales en salarios, ergo, apuestan a que haya un alineamiento en ese punto.

Lo que quedará a prueba, además, es cómo rinde políticamente en resultados la relación que Massa tiene con los sectores del poder económico. Por el lado de los gremios, en tanto, dirigentes de la CGT que esperan la convocatoria aseveraron que "la idea es positiva pero nos sentaremos con los empresarios, que son buena parte del problema de las remarcaciones". Los sindicatos planean llevar, además del pedido de reapertura de paritarias, el reclamo por esas remarcaciones especulativas que hubo en los últimas semanas y que motivaron la marcha del 17 de agosto de la CGT. 

"Hay sectores que han ganado mucho dinero en estos años", destacó un dirigente sindical ante este diario. Ese crecimiento de las ganancias en algunas empresas también será llevado a la mesa de negociaciones, todo mientras en el Gobierno se evalúa la posibilidad de instrumentar un bono para trabajadores del sector privado. 

La idea inicial del pacto que se anunció hace unas horas es alinear las expectativas de subas de precios a las de los aumentos de salarios, para que éstas últimas queden por encima. Para eso, se negociarán con los ceos porcentajes de suba de precios y el tiempo en el que se aplicarán, para evitar la situación de desborde actual en las góndolas. Algunos dirigentes sindicales tienen la duda, precisamente, de qué pasará con los precios que ya subieron. En el Gobierno no ven mal una vuelta atrás a valores de meses previos.