Un equipo de científicos coordinados por el Comité Internacional de la Cruz Roja comenzó ayer las tareas de identificación forense de los soldados argentinos caídos en la guerra de Malvinas y sepultados en el cementerio de Darwin, a 68 kilómetros de Puerto Argentino. “Los familiares de los caídos en los conflictos armados tienen derecho a que los restos de sus seres queridos sean identificados, tal como lo exige el derecho internacional humanitario”, destacó Laurent Corbaz, jefe del proyecto de la Cruz Roja.

El organismo “se ha propuesto brindar todas las respuestas que pueda a las familias que desean identificar a sus seres queridos”, señala el comunicado fechado en Ginebra, Suiza. La Cruz Roja “tratará estos restos mortales con el máximo respeto a lo largo de toda la operación. Todos los restos exhumados se colocarán en ataúdes nuevos y volverán a inhumarse en el mismo lugar en el que se encontraban. Finalizado el proyecto, se restablecerá el estado original del cementerio”, explicó.

En Malvinas murieron 649 soldados argentinos. De los 234 que fueron enterrados en Darwin, 123 no fueron identificados y sus tumbas llevan la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”. Ese será el universo de víctimas que exhumarán una decena de científicos de la Cruz Roja y de la universidad española de San Sebastián, junto con dos del Reino Unido y dos argentinos: Mercedes Salado y Luis Fondebrider, del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Para realizar el trabajo se montó una unidad mortuoria provisional en el cementerio, donde se examinarán los restos y se recogerán las muestras de ADN que luego se analizarán en laboratorios genéticos de Argentina, España y el Reino Unido. Las tareas se extenderán hasta fines de agosto y el cementerio estará cerrado al público hasta el 30 de septiembre. Los restos de los soldados identificados no serán trasladados al continente “salvo expresa voluntad de la familia directamente involucrada y una vez concluido el proceso”, recordó la Cruz Roja.