La columna de Fernando Borroni sobre la realidad que atraviesa Cuba.

Cuba es un tema que no se agota nunca. Siempre nos propone grandes discusiones, denuncias y al instante la esperanza. 

La situación en la isla es conocida. El bloqueo de 60 años asfixió económicamente a un proyecto político o cultural y, sin embargo, no ha logrado detenerlo gracias a la dignidad de un pueblo cubano que ha luchado sistemáticamente. 

El bloqueo a Cuba no nos permitió ver con nitidez lo que la revolución y el socialismo son capaces de hacer. El bloqueo lo impidió todo. En Cuba aquello que falta se lo ha quitado el capitalismo. Un capitalismo salvaje que no deja vivir a quien no se le arrodille y a quienes se le arrodillan los hace vivir así, arrodillados. 

El 11 de junio, un sector del pueblo cubano salió a las calles a protestar frente a una realidad que ya se le está haciendo insoportable.

Algunos reclamos fueron claramente fogueados y pagados por los Estados Unidos que multiplicaron y amplificaron esa protesta. Además la instalaron como un relato en el mundo muy distante de lo que realmente pasa. 

Pero muchos de los que se manifestaron lo hicieron por dolor. Lo hicieron por agotamiento. Lo hicieron por cansancio. Y existió una represión. Cuando alguno piensa que esto es orquestado desde afuera por los Estados Unidos, parece que la represión se hace casi una justificación para sostener la revolución.

Pero en ese proceso injusto que siempre es una represión fueron muchos presos y reprimidos, muchos que no tenían nada que ver con aquellos intereses extranjeros. 

El socialismo no está en discusión en Cuba. Pero ese socialismo debe darle respuesta a una sociedad que es consciente dónde está la culpa de esa realidad tan asfixiante y que está en el bloqueo, pero que sin embargo no le alcanza. 

Aquellos que defendemos la Revolución Cubana política y culturalmente creo que debemos hacer el ejercicio siempre de escuchar más, de abrir los ojos y de tender la mano con ese principio. 

Quiero leerles compartirles un texto de Silvio Rodríguez tras el encuentro que tuvo con Yunior García Aguilera, un artista de los Estados Unidos que estuvo detenido precisamente por manifestarse. 

https://www.youtube.com/watch?v=HVhpYExFfAo

Dice Silvio "el encuentro con Yunir y su esposa fue bueno. Hubo diálogo. Nos escuchamos con atención y respeto. Para mí lo más doloroso fue escuchar que ellos, como generación, no se sentían ya parte del proceso cubano, sino otra cosa. Me explicaron sus argumentos, sus frustraciones. Traté de hacerles comprender que a mis años también todo resultaba mucho más lento de lo que esperábamos que fuera. ¿Culpa de qué o de quién? Hablamos de incomprensiones entre edades diferentes, entre intereses y entendimientos diferentes. Demasiado doloroso para mí que se declaren fuera. No puedo aceptar ese fracaso en ni el nombre del dolor por las incomprensiones. Yo también la sufrí y jamás llegué a sentirme fuera. Pero pienso que mi generación fue la inmediata a la insurreccional y que heredamos los motivos de nuestros padres. Y después, creciendo sufrimos con ellos lo que mucho ha costado ser soberanos y además socialistas. Tiene que haber más puentes. Tiene que haber más diálogo. Tiene que haber menos prejuicios, menos ganas de pegar y más deseo de resolver la montaña de temas económicos y políticos pendientes. Menos costumbre de escuchar a quienes hablan lo mismo con las mismas palabras década tras década, como si con quienes no estaba de acuerdo"

Es Cuba quien debe resolver el problema de los cubanos. Claro, con el bloqueo encima lamentablente. Como dice Atilio Borón, la Revolución Cubana debe resolver esta montaña de temas económicos y políticos pendientes y tiene que hacerlo ya mismo aún bajo las dificultades creadas por el criminal bloqueo. 

Cuba, una vez más, hoy nos hace reflexionar. No está en discusión el socialismo, pero hay discusiones y hay que profundizar ese modelo para hacerlo sostenible en el tiempo, para hacerlo mejor cada día. La revolución es enemiga de la quietud siempre.

 La revolución es movimiento permanente. Hay que gritar basta el bloqueo, sí, pero también hay que dar una discusión hacia adentro y abrazado los hermanos de toda esta patria blanda en la que incluimos a Cuba para pensar que esa revolución solo se va a sostener si somos capaces de escuchar a nuevas generaciones que no ponen en discusión lo que se es, pero quieren tener voz para lo que se vivió.