El micro que volcó el domingo en Mendoza y provocó la muerte de 15 pasajeros, tenía un permiso adulterado creado a partir de la habilitación de otro vehículo, ambos a nombre de la esposa del chofer fallecido en el siniestro, según informó la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT). Ayer por la tarde, la mujer declaró en la Segunda Fiscalía Correccional de San Rafael y quedó sujeta a proceso, aunque no fue imputada. Por otra parte, el llanto y el dolor cubrieron varias localidades bonaerenses: Grand Bourg, Los Polvorines, Villa de Mayo, San Miguel y José C. Paz. donde se realizaron velatorios simultáneos de las víctimas que pertenecían a la escuela Soul Dance Studio, en el partido de Malvinas Argentinas (ver aparte). 

La Justicia mendocina busca determinar cuál es la responsabilidad que le compete a la dueña del micro volcado, que utilizaba la habilitación de otro vehículo de marca Volvo, también a nombre de la mujer, y que portaba el ómnibus al momento de volcar en la Cuesta de los Terneros, cerca de San Rafael.

Marcia Villagra, la esposa de Damián Pinelli, el chofer fallecido, es la titular del micro Zanello –con dominio EEZ673–, que bajo el nombre de empresa Talcahuano trasladaba a los integrantes de la escuela de danza. 

Sin embargo, en los registros de la Dirección provincial de Transporte de Buenos Aires, la mujer figura como propietaria de un Volvo, patente EWL543, cuyo número de expediente fue utilizado de manera irregular para el registro del otro vehículo, el siniestrado.

Según una fuente de la CNRT “el micro no existía. El original del permiso del Volvo está reimpreso y sobrescrito” y fue utilizado para falsificar la habilitación del micro con fecha del 4 de enero último, cuatro días después de que se venció el permiso de la CNRT.

Se “adulteraron los datos relacionados al número y fecha de alta, de motor, de patente, marca, modelo y capacidad de asientos”, aseguró el funcionario. Villagra, quien debió viajar a Mendoza, declaró ayer por la tarde en la fiscalía. Quedó bajo investigación pero no fue imputada, y deberá mantener informada a la fiscalía en caso de ausentarse por un tiempo prolongado de su domicilio.

Si bien, la fiscal Florencia de Diego abrió el domingo un expediente por “homicidio culposo”, el delegado administrativo de la Suprema Corte de Justicia provincial, Darío Bermejo, señaló que esa causa se extingue “con la muerte del chofer, que es la única persona hasta ahora sospechada y responsable de este hecho. La única responsabilidad concreta que tiene la causa es la del chofer de colectivo”. No obstante, el juez de instrucción Pablo Peñasco advirtió que “se sigue trabajando en otras hipótesis, eventuales responsabilidades, como el padre del chofer u otra persona si se demostrara que el vehículo no estaba autorizado a circular”. La justicia mendocina intenta determinar las responsabilidades “penales o civiles” que le podrían corresponder a la dueña de la empresa que según el Ministerio de Transporte de la Nación, “no estaba autorizada para realizar viajes interjurisdiccionales”.

Por otra parte, ayer se conocieron nuevos testimonios de los pasajeros. El hermano de uno de los docentes de danzas que viajaban en el micro contó que su hermano le dijo que el chofer gritaba antes del vuelco que se había quedado sin frenos. “Lo único que se acuerda del accidente fue que el chofer gritaba ‘¡me quedé sin frenos!’”, relató Claudio Sosa sobre el diálogo que tuvo con su hermano David, sobreviviente del accidente en el que murió la madre de ambos.

En tanto, Graciela Corvalán, quien viajaba junto a su hija que también sobrevivió, contó que “volviendo de Las Leñas, en determinado momento el chofer paró al costado de la ruta unos cuatro o cinco minutos en los que se quedó mirando debajo del micro, y luego siguió manejando normalmente. Nosotros pensamos que algo tiene que haber pasado y que el accidente podría haberse evitado si (el chofer) se tiraba en la banquina, reconocía que había un desperfecto y nos decía ‘no podemos seguir porque tenemos un problema técnico’, esto no pasaba”. 

Según la mujer, los choferes, padre e hijo, no dieron ninguna explicación sobre la detención, pero a los pocos minutos el micro comenzó a aumentar cada vez más la velocidad hasta que “en una de las curvas se balancea de una forma que todos empezamos a gritar que bajara la velocidad, pero el chofer no hizo caso y siguió acelerando. Nosotros ya veíamos que íbamos a volcar porque no bajó la velocidad en ningún momento. Y no pasó mucho tiempo antes de que ocurriera”, contó la mujer quien pidió “que se haga justicia y esa persona diga por qué hicieron eso, y que nunca más maneje”.

Por el momento, la defensa del conductor quedó a cargo de su tía Graciela quien sostuvo que era un conductor experimentado y que está “segura de que le pasó algo al micro. No lo podía frenar, porque venía en bajada y supongo que Damián intentó frenarlo apoyándolo sobre la montaña y dio de frente”, dijo la mujer que aseguró que “el bus estaba a punto de venderse” y que “el factor económico fue fundamental” para que salieran con el micro.