La monja Kumiko Kosaka, acusada por haber participado en los delitos de abuso sexual en el instituto religioso Antonio Próvolo de Mendoza, declaró por tercera vez en la Unidad Fiscal que lleva la causa, donde sólo respondió preguntas de su abogado defensor. La semana que viene declarará otra víctima de abusos en ese instituto mendocino. Ayer, como parte de las investigaciones sobre los al menos 27 casos de abuso cometidos contra niños hipoacúsicos y sordomudos, se realizó una nueva inspección ocular en la sede del Instituto ubicada en el departamento de Luján de Cuyo, cercano a la capital provincial. El dato sobresaliente de la inspección del predio de seis hectáreas fue el descubrimiento de una “puerta ventana” que comunica por la planta alta los pabellones de mujeres y varones, algo que había sido negado por algunos de los acusados en sus declaraciones.